Amnistía

Hasta ahora nadie conoce a quienes quemaron la Contraloría General del Estado, saquearon negocios, destruyeron los espacios públicos y atemorizaron a centenas de miles de personas en la ciudad de Quito durante octubre de 2019, en los 11 días consecutivos de protesta, violencia y caos social. La exacerbación de los manifestantes y la fuerza pública inocularon el fantasma de que un hecho similar pudiese repetirse en cualquier momento. Entonces, ¿la amnistía que fue otorgada a 286 personas por parte de los 99 asambleístas es un verdadero acto de reconciliación nacional o propicia un escenario político que deslinda de responsabilidades a quienes actuaron en contra de la convivencia pacífica, el derecho a la resistencia y la libertad de expresión sin violencia?

La amnistía cobra varias lecturas a conveniencia de los intereses políticos de turno. Por un lado, se habla de justicia y reconciliación, mientras que por otro, se inflaman las sensibilidades de una población capitalina que nunca tuvo respuestas ante tanto daño. Esta situación nos ubica frente al riesgo de confundir el todo y la parte: quienes protestan de manera legítima versus quienes aprovechan la protesta para delinquir y capitalizar el miedo de la gente. La votación en el Legislativo refleja dos países: el de la mayoría de los ciudadanos que no cree en la Asamblea y el otro Ecuador, el de la minoría que fue electa en las urnas y hace todo lo contrario de la voluntad popular. Algunos legisladores grabaron vídeos desde el recinto parlamentario para vanagloriarse de sus decisiones en búsqueda de likes mientras la población espera coherencia, contundencia y responsabilidad.

En pleno siglo XXI resultaría un contrasentido vulnerar las libertades de expresión, protesta y resistencia de la población, sin embargo, sí es aberrante que la violencia se justifique y se olvide a cuenta de acuerdos políticos. La violencia no se lleva con la paz, a pesar de que la paz siempre perseguirá imponerse a la violencia. ¿Paz con olvido? ¿Paz sin olvido? Poco sabemos de octubre de 2019, porque nunca se ha transparentado todo.