¿Basta con desear algo para conseguirlo?

Alejandro Querejeta Barceló 

El escenario va definiéndose: el correísmo sigue con fuerza y la derecha, la joven que despunta, tiene una sola opción: si no se aglutina, queda ‘fuera del juego’.  En política se trata de un proceso complejo y difícil. En nuestra historia las crisis económicas y sociales (léase: intolerable auge delincuencial) han engendrado extremismos de diferente color.

Los candidatos y sus partidos, sin embargo, seguirán cada cual a su manera tratando de captar los votos necesarios para colmar sus ambiciones políticas. Otra vez nuestra democracia tratará de traducirse en expresión de la soberanía popular y vía de acceso al gobierno de las mayorías. Es jugárselo todo a una riesgosa ‘ruleta rusa’. Pero el contexto sociopolítico actual es inédito en nuestra historia.

Como apuntaba un medio de prensa internacional: “Ecuador ha sufrido, en los últimos años, un enorme incremento de la actividad criminal relacionada con el tráfico de drogas. La vecindad de Colombia y Perú, principales productores de cocaína, y su red infraestructural y de puertos le han convertido en un eslabón muy apreciado por los narcotraficantes en la cadena de distribución de la droga”.

Cada amanecer el terror, la indefensión y la orfandad legal se mezclan al repasar los crímenes incalificables, los atropellos continuos y las flagrantes violaciones de derechos básicos.  Los asesinatos, la exposición de cadáveres colgados de puentes y la corrupción son ya moneda corriente.

Como antes lo fueron en Colombia o México, cabe decir que las estructuras del Estado ecuatoriano han sido corrompidas desde su interior. Los cárteles colombianos o mexicanos se han infiltrado en las mafias locales, poniéndolas a su servicio. Y que el año pasado hubo en el país 4.500 asesinatos. El índice de muertes violentas subió a 25,3 personas por cada 100.000.

Los datos son escalofriantes. Quienes se disputarán la presidencia del breve gobierno que tenemos por delante tienen aquí su principal frente de guerra. Nos quedan por delante semanas de una incertidumbre enana en comparación con los meses que les seguirán de inmediato. Mientras más tiempo se tome en enfrentar con energía este grave problema, mayor será su magnitud e influencia.

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