Realidad ‘pura y dura’

Alejandro Querejeta Barceló

A ciertos desmemoriados debemos el debate, dentro y fuera del país, que ha propiciado la reciente captura de un sentenciado delincuente en la Embajada mexicana. A tanta amnesia debemos, el dejar de lado lo robado a las víctimas de uno de los terremotos más letales que desoló una provincia y parte de otra.

Los perjudicados, desde su punto de vista, no tenían ninguno de los derechos humanos o los de ciudadanía más elementales. Pero quizás el diferendo por este lamentable incidente logre fundamentarse fuera de las capitales de Ecuador y México, y dependa de lo que salga de un juicio que se sigue en Miami contra Carlos Pólit.

Es tiempo de que algunas conciencias despierten y se llame a cada hecho y protagonista por sus nombres. En lo que se ha visto hasta ahora en el juicio, en tiempos en que Jorge Glas fue vicepresidente y Pólit contralor, los robos, la delincuencia organizada, el narcotráfico y los sobornos eran el estilo de gobierno.

Las herencias oculta y visible son demasiado indecorosas, denigrantes, vejatorias, amargas. En ese proceso judicial, que apenas comienza, en el que la Fiscalía pide para Pólit cien años de cárcel, apenas empiezan a presentarse testigos y la lista de delincuentes e involucrados no hace más que crecer.

Es una oportunidad de oro para que se revisen acuerdos internacionales que los tiempos actuales han vuelto obsoletos o permisivos con el delincuente. El progreso del liberalismo y su consolidación está puesto a prueba, los principios de acción y morales que lo sustentan.

Realidad “pura y dura”, los entuertos palpables, las trapacerías y las evidencias concretas de delitos atroces irán asomando paulatinamente, ante el jurado ya constituido. Y tanto en México como en ya sucede en Ecuador no serán pocos los que se preguntarán cómo pudo darse asilo político a un delincuente común, a un vulgar ladrón con todas las letras.

[email protected]