24-23: de héroes y superhéroes

Pablo Escandón Montenegro

Como todas las mañanas del 24 de Mayo, el batallón tomará lista a Abdón Calderón y los soldados responderán que murió heroicamente en el Pichincha pero vive en nuestros corazones, y luego en la propia Cima de la Libertad se realizará el acto de recordación de lo que fue ese día en 1822.

Como todos los años, se revivirá la historia del ‘Niño Héroe’, quien dio su vida por la libertad del Departamento del Sur de Colombia. Se hablará de la estrategia militar, de las tácticas de batalla desde la madrugada y de cómo Aymerich firmó la rendición el día 25.

Pero este 24 de Mayo de 2023 es diferente, porque por primera vez un presidente de la República informará sobre sus actividades gubernamentales ante la ciudadanía, no frente a un legislativo. Hoy pasará a la historia como el día del informe sin asambleístas, de cuando el presidente ejecutó la vía constitucional de la muerte cruzada para no dar cuentas de sus acciones frente a una Asamblea completamente desacreditada.

Y es que ese es el único mérito político que ha tenido este gobierno: cesar a la Asamblea, que no ha legislado sino que desde el minuto cero de su instalación, conspiró en contra del Ejecutivo, y éste no supo consensuar, no pudo encontrar el acuerdo; lo del gobierno del encuentro fue solo un lema de campaña.

Pero hasta ahí lo bueno de la muerte cruzada, pues la calma chicha ya pasó y los precandidatos han movido nuevamente a la sociedad, incluso a la más apática y desinteresada sobre lo político. Ahora todos tienen un precandidato: desde ex combatientes al estilo Rambo, pasando por investigadores periodísticos que callaron durante el juicio político y llegando a considerar los mismos nombres de siempre.

La muerte cruzada ha sido un palmo de oxígeno para quienes pensaban que en dos años más sería su oportunidad para saltar a la tarima, para visitar comunidades y conocer el país; les tocó dejar sus oficinas, sus negocios y sus comodidades para iniciar una campaña, muy diferente a la de aquella madrugada a las faldas del volcán Pichincha, pues esos soldados ya estaban en campaña desde hacía varios años.

Y es que ser soldado solo un 24 de Mayo no es lo mismo que serlo toda una vida: la política se les presenta a algunos como aquella oportunidad de concretar un gran negocio, emprender en algo nuevo y diversificar su hoja de vida, por el puro placer, el ego y la soberbia de creerse superior, de decirse a sí mismos que son Tony Stark y que Iron Man no le llega ni a los talones.

Un general Sucre es lo que necesitamos, en este 24 del quinto mes del año 23; un estratega en campaña permanente, que no se ciega por los negocios ni la vanidad, que es un verdadero soldado y no un mercenario, que va por la vida dando tortazos y tumbando al país desde su propia empresa.

Pero los arquetipos violentos son los que mueven y emocionan a los votantes, no los héroes tranquilos como Sucre. No necesitamos de los primeros, sí de los segundos.