Iniesta, un símbolo para la eternidad

Despedida. Andrés Iniesta jugó ayer su último partido en la Selección de España. AFP
Despedida. Andrés Iniesta jugó ayer su último partido en la Selección de España. AFP

Redacción KRASNODAR

EFE

“Es mi último partido con la selección. A nivel individual se acaba una etapa maravillosa. A veces los finales no son como uno sueña, pero las circunstancias lo marcan así”, anunció ayer el jugador Andrés Iniesta, un símbolo para la eternidad de la selección y un líder que deslumbró al mundo con la ‘Roja’.

Aunque su futuro esté ya en la Liga japonesa, aunque pasen los años, los Mundiales, las Eurocopas, aunque ya no vuelva a vestir más la camiseta de España, con la que ha disputado 131 partidos, su legado es imborrable en cada uno de sus encuentros, en cada uno de sus momentos, en cada uno de sus goles, 14 en total.

Uno por encima de todos que permanece y permanecerá siempre en el tiempo y que llenó de alegría un país entero. Es el gol por encima de cualquiera en la historia del equipo nacional, el tanto que conquistó el mundo, que provocó una apoteosis jamás vivida en la selección y que supuso el triunfo global de una idea y un estilo que se mantendrá en la memoria de los aficionados al fútbol del planeta.

El 11 de julio de 2010 en el Soccer City de Johannesburgo ante Holanda, en la final de un Mundial, la primera y única hasta la fecha para la ‘Roja’, en la prórroga, en el minuto 116, a cuatro sólo de la tanda de penaltis, Iniesta batió a Mark Stekelenburg para dirigir a España a las cotas más altas jamás vistas de su historia.

Él fue esencial en cada uno de los éxitos en el imponente ciclo que atravesó la selección española de 2008 a 2012, campeón de todo, del Mundial y de dos Eurocopas, la de 2012 con él como el mejor futbolista.