Hablar de los parqueaderos, especialmente en Quito, es un tema recurrente. La ciudadanía se queja permanentemente de la extorsión a la que son sometidos los conductores cuando tratan de parquear sus vehículos en cualquier lugar o calle de Quito. Las zonas azules han proliferado en forma indiscriminada y, donde no están marcadas, los ‘dueños’ de las calles (cuidadores) se acercan amenazantes a exigir las antojadizas tarifas que imponen.
En esta ocasión quiero referirme, expresamente, a los parqueaderos existentes en los centros comerciales, a donde la gente acude a dejar su dinero y, por ende, a generar ganancias. La verdad, resulta injusto que se le cobre por este servicio y se le someta a la tortura que significa buscar los puntos de pago y hacer largas y tediosas filas para cancelar este ‘tributo’. Siempre felicité y me congratulé con aquellos que, pensando en los beneficios que reciben de sus clientes, a cambio les otorgaban este servicio en forma gratuita. Mas resulta que algunos centros comerciales están cambiando sus políticas y, asumimos, que empezarán a cobrar por este concepto; decisión por demás absurda y claramente injusta; pienso, sin temor a equivocarme, que esto les ocasionará la automática reducción de sus clientes con las consiguientes pérdidas económicas. Muchos clientes dejaremos de ir y buscaremos otras opciones.
Recuerden que nunca es tarde para rectificar.
Fabiola Carrera A.