El 2020 nos sacudió en todas las formas posibles. Estamos por cumplir dos años exactos desde que se desató esta condición que hoy en la región panamericana ha cobrado alrededor de 2,6 millones de vidas, según la OPS. La incertidumbre a la que fuimos expuestos fue sin precedentes; al estrés, la ansiedad y el miedo permanente se sumó la urgencia de mantener una estabilidad económica relativa para poder sobrevivir.
Se considera que los emprendedores tienen un 50% más de posibilidades de padecer depresión, por los retos propios de la actividad, que conlleva la necesidad de lidiar permanentemente con frustración y temor al fracaso. Sin embargo, el Covid- 19 nos dejó millones de nuevos emprendimientos que se convirtieron en un espacio donde la presión, el estrés y el miedo fueron motor de propuestas disruptivas, de alto impacto y con resultados emocionales y terapéuticos de mucho peso para quienes se atrevieron a tomar acción.
Paula Pettinelli