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Y un niño pequeño los conducirá

La película belga ‘El niño’(‘L’enfant’), de los hermanos Luc y Jean-Pierre Dardenne, es caluroso recordatorio de por qué tan a menudo el cine europeo ha estado a la cabeza por su inspiración creativa, así como por su temática provocadora.

Este es el sexto largometraje de estos dos hermanos belgas, que inicialmente, en 1996, obtuvieron reconocimiento internacional con su película, ‘La promesa’. Esa película reintrodujo el género neo-realista y una conciencia social en el cine europeo. En ‘La promesa’, los hermanos Dardenne enfocaron el problema de la inmigración ilegal, como una forma de examinar la conciencia de Bélgica; pero lo que hizo la película más que un editorial dramatizado, fue que integró la cuestión política con un asunto personal que implicó a un adolescente que tenía que decidir si iba o no a traicionar a su padre criminal.

Anteriormente, los hermanos Dardenne fueron documentalistas, y la autenticidad documental de su estilo cinematográfico aumentó el sentido de urgencia en su drama, por lo que fueron aclamados.

En ‘El niño’, los hermanos Dardenne mantienen esta autenticidad, así como Jérémie Renier, el actor que protagonizo el adolescente conflictivo en ‘La promesa’ hace diez años. En un sentido, el personaje que Renier protagoniza en esta película podría ser visto como un ejemplo de lo que habría sucedido al adolescente en ‘La promesa’, si éste no hubiera experimentado un despertar moral por un accidente inesperado. En ‘El niño’, Renier es el personaje de Bruno, un joven criminal trivial, que utiliza a adolescentes para robar y vender los objetos adquiridos, tanto como en ‘La Promesa’, el personaje del padre de Renier utilizó a su hijo adolescente para el tráfico de trabajadores africanos ilegales.

La novia de Bruno, Sonya, es leal a él, aunque indiferente a que sea un criminal. Pero ella no sabe hasta que punto su conducta criminal llega a ser de una insensibilidad casi total a los sentimientos humanos. Al inicio de la película, ella acaba de dar a luz a su bebé, una hijita. Esto es un carga difícil para los dos, pues no tienen dónde vivir y no tienen ingresos. Bruno engaña a Sonya y decide vender el bebé en el mercado negro.

«No te preocupes, podemos tener otro», le dice a Sonya, mientras que le muestra un manojo de dinero y le informa que vendió a su hijita. Pero por atroz que sea la situación, el desempeño de Renier revela que este personaje no es tanto malévolo como profundamente ingenuo; este elemento de la sinceridad ingenua y pueril servirá como su agente de redención al final de la película. Esperábamos que Sonya reaccionara con rabia, pero se desmaya, y esto genera en Bruno un proceso de compasión, que continúa desarrollándose por circunstancias y acontecimientos en la historia de la película.

‘El niño’ es una historia sencilla, pero lo que hace significativa la película, como arte, es el nivel complejo de los sentimientos que los hermanos Dardenne provocan en la audiencia. Bruno es casi enteramente el foco de la película, y aunque la mayor parte de sus acciones lo hacen un personaje muy antipático, sin embargo nuestro resentimiento hacia él no tiene como resultado un resentimiento contra la película, y al fin de ésta, cuando su personaje, como Renier en ‘La promesa’, madura, sentimos tanto compasión como admiración hacia él. Tal complejidad emocional es congruente con el realismo cinematográfico muy admirado de los hermanos Dardenne.

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Ficha Técnica

Titulo: ‘El niño’
País: Bélgica
Año: 2005
Directores y guionistas: Luc y Jean-Pierre Dardenne
Reparto: Jérémie Reñier, Déborah François, Jérémie Segard
Tiempo: 100 minutos
Calificación: ***