El descanso nos obliga a reencontrarnos

Siempre es saludable perderse para reencontrarse, apartarse de las tareas cotidianas y renacer con nuevas historias, tomar el arte del descanso como parte del pulso del buen vivir y mejor obrar. El sabio uso del recreo, como divertimento, es el armónico manantial de todas las virtudes.

En consecuencia, es vital tomar cognición de que el trabajo es un medio y no el fin de la vida. Por esta razón, no hay que ver el descanso como una simple ocupación de necesidad, sino como un momento vital de recuperación del ser, lo que requiere entrar en sí mismo y cultivar el sentido de la pausa y del pulso viviente.

Justamente, tan importante para el desarrollo de la persona es la actividad laboral como el tiempo de recogimiento, en contacto con la naturaleza, a través de la dimensión contemplativa que también nos hace observar cuestiones del acontecimiento diario, captando su sentido profundo, que es lo que ciertamente nos aporta un aumento de felicidad y de equilibrio.

Es esencial que el periodo de descanso nos sirva para fortalecer la mente y el cuerpo, sometidos cada jornada a un estrés tremendo, debido al ritmo frenético del momento actual. Alrededor de setecientos cincuenta mil trabajadores mueren al año a causa de un ataque al corazón o un derrame cerebral, de acuerdo con un estudio de las agencias de la ONU especializadas en la salud y el trabajo; un aumento del veintinueve por ciento con respecto al año dos mil.

Es bastante probable que el aumento del teletrabajo modifique la forma en que vivimos y batallamos. Las empresas han de asegurarse de que sus trabajadores no se sienten aislados y que desconectan en lugar de estar en línea permanente. La persona no es sólo trabajo, tenemos que pensar en activar una cultura del ocio en nuestras vidas, pero también un saber descansar haciendo familia, creciendo en comunidad.

Una sociedad avanza, no únicamente por el progreso de la ciencia y de la técnica, sino también por esa capacidad de encuentro, por la primacía de los valores anímicos y por el avance de la vida moral. Hago votos, por tanto, para que ese espíritu coaligado de trabajo/descanso prevalezca siempre como el foro supremo de nuestras acciones en su aspiración a un futuro lozano.

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