La revolución de los anónimos

Dicen que el momento más oscuro de la noche es justo antes del amanecer. Ante eso, las palabras que el expresidente uruguayo recitó poco después de que el Frente Amplio perdiera la elección nacional en 2019: no te rindas.

“No hay que rendirse jamás. Es necesario luchar para darle al pueblo el derecho de votar con conciencia”. Estas palabras, cuyo autor perfectamente pudo ser Tabaré Vázquez, se adaptan al momento actual que viven Paraguay, Chile, Colombia, Honduras, Nicaragua y Haití, las dijo el exmandatario brasileño Lula Da Silva. Ese concepto de lucha se adapta también a la recolección de firmas que realizó parte del pueblo uruguayo, en plena pandemia, para llevar a referéndum la Ley de Urgente Consideración que promovió el gobierno conservador de Luis Lacalle Pou.

“Poco a poco vamos tratando de mostrarle a la sociedad que la democracia tiene que ser ejercida en toda su plenitud y que solo tiene sentido si en ella están incluidas las personas más pobres, las más necesitadas”, dijo Lula. Más allá de diferencias ideológicas que puedan mantenerse con el líder brasileño, América Latina ha sufrido un gran retroceso en este último tiempo y que en la mayoría de los países es coincidente con la propagación de la pandemia y con el advenimiento de gobiernos conservadores que gestionaron este período de crisis.

Esas políticas llevaron a que miles de anónimos expresaran su rechazo de una u otra forma: empezaron a proliferar protestas en varios países de la región. Pero también surgió otro tipo de manifestación, a través de otras herramientas democráticas. En Chile, se eligió una Convención Constituyente, encargada de redactar una nueva Constitución; un gran porcentaje de los electos resultaron ser ciudadanos provenientes de la matriz social, sin militancia político – partidaria. La iniciativa de Uruguay –contra todos los pronósticos– se alcanzó más por impulso de la militancia que por el liderazgo de actores políticos.

Los militantes anónimos se están convirtiendo en protagonistas destacados de la historia regional. Saben que cuando se organizan detrás de causas que consideran justas son capaces de vencer los obstáculos más empinados y obtienen objetivos políticos que parecían inalcanzables. No se rinden.

*Consultor en comunicación política y campañas electorales; Uruguay