El avión supersónico era capaz de alcanzar los 2.500 km/h y completar un vuelo entre París y Nueva York en 3 horas y media, frente a las ocho horas de los vuelos actuales. Un accidente y el ruido que generaba causaron su retiro
Hace 50 años, el avión supersónico franco-británico Concorde, un símbolo de proeza tecnológica y fiasco comercial que aún suscita fascinación, realizó su primer vuelo bajo la mirada de periodistas y curiosos en el suroeste de Francia.
El domingo 2 de marzo de 1969, el Concorde despegó por primera vez en Toulouse, con el piloto de pruebas André Turcat a los mandos del “prototipo 001”.
A las 15:30, la elegante silueta blanca avanzó por la pista, tomó velocidad y se elevó al cielo. “Concorde flies at last!”, anunció en la BBC el locutor Raymond Baxter, visiblemente emocionado. La AFP difundió un flash: “Despega el Concorde”.
Este momento se esperaba con impaciencia desde el 11 de diciembre de 1967, cuando se presentó el aparato futurista.