Para José O., de 38 años el robo de su celular a finales del 2015 se convirtió en su peor pesadilla, ya que los ladrones acosaron a una mujer con su anterior número de teléfono.
Al principio los inescrupulosos delincuentes le mandaban mensajes a la víctima de 82 años, solicitándole favores sexuales, pero por su edad ella desconocía como leer los textos.
Al no recibir ninguna respuesta los sujetos comenzaron a llamarle a inicios del 2016, amenazándole que la matarían si ella no hacía lo que ellos le pedían.
La mujer cansada de estos hechos a mediados del 2016 decidió denunciarlos en la Fiscalía de Tungurahua por el delito de acoso sexual, siendo el principal sospechoso el dueño de la línea.
A finales del 2017 el dueño del número fue llamado para investigaciones, donde fue aprehendido por este delito sexual, pero recuperó su libertad a pocas horas de la audiencia de formulación de cargos.
Ayer en la audiencia de sentencia, se comprobó que José era inocente, tras demostrarles a los jueces del Tribunal de Garantías Penales, que reportó su línea a los pocos meses que le robaron.
Hoy la Policía está tras la pista de los delincuentes, esta no sería la primera vez que ocupan teléfonos robados para acosar o estafar a sus víctimas. (EV)