Halloween no, propongo algo

LUIS COELLO KUON YENG

Se acerca el 31 de octubre y en nuestro país se celebra el Día del Escudo Nacional a partir de 1900 siendo presidente Eloy Alfaro. Ya en la actualidad, a parte de esta celebración en Ecuador y casi en toda la región latinoamericana, se festeja algo que no está considerado una festividad autóctona regional, me refiero a Halloween o el día de las brujas.

Esta celebración pagana llamada en su principio ‘All hallow’s eve’, palabra que proviene del inglés antiguo y que significa ‘víspera de todos los santos’, porque se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. Sin embargo, la antigua costumbre anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas.

Entonces, los creyentes no debemos por ningún motivo celebrar algo que ni siquiera se encuentra en nuestra historia ancestral y sobre todo va en contra de las sagradas escrituras y por ende afecta nuestra relación con Dios. Esto lo podemos hallar en Deuteronomio 18: 10-12: “no debería hallarse en ti nadie que haga pasar por el fuego a su hijo o a su hija, nadie que emplee adivinación, practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero, ni uno que ate a otros con maleficio ni nadie que consulte a un médium espiritista o a un pronosticador profesional de sucesos ni nadie que pregunte a los muertos. Porque todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová y a causa de estas cosas detestables Jehová tu Dios va a expulsarlas de delante de ti”.

No obstante, propongo como una postura personal, eliminar de nuestras actividades festivas a Halloween, incluido su nombre y reemplazarlo por un día de disfraces que se lleve a cabo el último domingo de octubre para así desalineamos del paganismo. ¿Por qué un día de disfraces? ojo que ni siquiera digo nacional porque no será obviamente una fiesta patria por eso no lo he colocado en mayúsculas. Lo propongo porque nuestros hijos e incluso los adultos, disfrutamos de vestir atuendos de personajes de nuestro agrado. Además, que se estimula a nuestra economía que tanto lo necesita. La voluntad de Dios está por encima de las festividades y ello no cambiará en nada los planes que él tiene con nosotros.

No se caliente la cabeza ni deje que se la calienten, sea usted mismo y haga buenas obras no importa el día, todos los días son iguales para hacer el bien a nuestro prójimo. Los demonios no están afuera, están adentro de la cabeza de quienes los atraen con sus pensamientos.

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