Chile: la industria del salmón busca reducir el uso de antibióticos

Santiago, Chile. AFP.


La industria salmonera chilena, cuestionada por el uso intensivo de antibióticos contra agentes patógenos pero que podrían generar ‘superbacterias’, inició un esfuerzo conjunto para reducir drásticamente el uso de estos medicamentos.

A través del proyecto ‘Pincoy’, o espíritu masculino de los mares de acuerdo a la mitología local, empresas productoras de salmón, farmacéuticas y dedicadas a la nutrición acuícola buscan reducir los niveles de uso de antibiótico que en Chile son 500 veces superiores a los Noruega, el primer productor mundial de salmones.

«La industria chilena está convencida de que deben tomarse medidas de colaboración concretas para realizar reducciones drásticas en el uso de antibióticos», dijo un comunicado conjunto de lanzamiento del programa Pincoy.

El proyecto –al que adscriben empresas locales y globales como Skretting, AquaGen/Blue Genomics, Pharmaq, Centrovet, Cermaq, Blumar y Ventisqueros- «comprende reproducción selectiva, dietas funcionales y de alto desempeño, una cuidadosa selección de smolts (salmón joven), vacunas, protocolos de mejores prácticas tanto en etapas de agua dulce como agua mar, y un cuidadoso monitoreo y presentación de informes».

Para Alicia Gallardo, subdirectora de acuicultura de Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), el Proyecto Pincoy «aborda un enfoque integral que considera aspectos preventivos, así como también factores genéticos y alimentos funcionales que fortalezcan la salud de los peces».


-Una industria cuestionada-


La industria chilena del salmón –la segunda en importancia detrás de Noruega- sufre por la irrupción en los criaderos del llamado Síndrome Rickettsial Septicémico (SRS), responsable en 2015 del 78,9% de la mortalidad inducida por la enfermedad y el uso de antibióticos.

La enfermedad produce lesiones necróticas en diversos órganos y afecta a diversas especies de salmones cultivados en Chile. Las vacunas y terapias tradicionales han demostrado ser poco eficientes en el tratamiento de esta enfermedad bacteriana.

«No existe una solución única para hacer frente a brotes de SRS y de hecho la amenaza de esta enfermedad siempre estará presente», dijo Ronald Barlow, gerente general de Skretting Chile.

Los antibióticos han permitido controlar la expansión de la enfermedad, pero organizaciones ambientalistas advirtieron que su uso intensivo podría generar el nacimiento de ‘superbacterias’ capaces de desatar infecciones incurables.

En la última década, 2010 fue el año con menor uso de medicación en los cultivos chilenos de salmón con 143,2 toneladas de antimicrobianos para tratar a una cosecha anual de 466.857 toneladas (0,031%).

Mientras que en 2015 se utilizaron 557,2 toneladas de medicación en una producción de 846.163 toneladas (0,066%), según el informe difundido por Sernapesca.

Pero si bien los antibióticos han logrado controlar la patología -sin llegar a traspasarse al consumo humano-, en plantaciones intensivas como las del salmón, el residuo del antibiótico utilizado cae al medioambiente y en el largo plazo la comunidad bacteriana circundante queda expuesta, haciéndose resistente, según advierten ambientalistas.

Implantada en Chile, donde no existe el salmón silvestre, la acuicultura se encumbró como una industria fuertemente generadora del trabajo en el sur del país, con exportaciones que alcanzaron los 3.526 millones de dólares el año pasado, teniendo como principales destinos Estados Unidos y Japón.

El camino hasta acá no ha sido fácil para la salmoneras chilenas, que producen salmón Atlántico, salmón Coho y trucha arcoíris y han tenido que superar varias crisis sanitarias.

En 2007, irrumpió en las plantaciones la Anemia Infecciosa del Salmón (ISA), un virus que no afecta al hombre pero provoca gran mortandad en los peces, mientras que principios de 2016 la industria debió hacer frente a una floración de algas nocivas (Bloom) que provocó la muerte por asfixia del equivalente a unas 100.000 toneladas en caso de haber llegado al mercado, el 12% de la producción anual.