Los límites de la información oficial

En tiempos de pandemia e incertidumbre, la información es una herramienta vital. Aunque existe en Ecuador una gran brecha digital, y un importante sector de la población no tiene acceso a internet, la búsqueda de información confiable se vuelve una estrategia de supervivencia.

Desde cómo abastecerse de productos básicos, a qué hora podemos salir de casa, dónde acceder a servicios médicos, cómo educar a nuestros hijos y qué debemos hacer para protegernos.

En estos momentos, el periodismo retoma su valor tradicional: hay cientos de profesionales en las calles del país, trabajando sin parar para llevar al ciudadano la información que necesita para sobrellevar la pandemia.

El Gobierno aboga por establecer su narrativa, sometiendo a sus ministros a interminables cadenas de televisión, entrevistas y conversatorios; el Vicepresidente de la República, a la vez, se ha convertido en vocero oficial. Las autoridades seccionales extralimitan sus funciones y contradicen mensajes del Gobierno Ventral. En el medio, culpan al ‘mensajero’ cuando no actúa como caja de resonancia.

No es momento de crear pugnas informativas. Por antonomasia, el periodismo escruta al poder y descubre lo que oculta. En las circunstancias actuales, se debe reconocer los límites de la información oficial y la importancia de defender al periodismo independiente.

La desinformación lleva a la angustia y al caos. El objetivo del periodismo es uno solo: ayudar a la sociedad a manejar la incertidumbre, a tomar decisiones informadas que contribuyan a la calma y a encontrar soluciones solidarias en aras del bien común.

Cada libro tiene un alma. El alma de la persona que lo escribió y de aquellos que lo leyeron”.

Carlos Ruiz Zafón (Escritor español, 1964)

El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad”.

Gabriel García Márquez (Escritor colombiano, 1927-2014)