En Pelileo se contratan ‘guías’ para controlar la informalidad

Situación. Algunos comerciantes se ubican en las veredas a vender sus productos.
Situación. Algunos comerciantes se ubican en las veredas a vender sus productos.

La falta de agentes municipales en el cantón determinó la incorporación de esta estrategia.

El comercio informal en Pelileo genera inconformidad y molestia en los comerciantes del cantón, quienes aseguran que sus ventas han disminuido por esta situación que aumenta considerablemente los martes y sábados, días de feria.

En Pelileo existen 18 agentes municipales, quienes son los encargados de controlar a los comerciantes autónomos en las siete plazas y mercados que hay en la ciudad, además, de varias calles en donde también se presenta este inconveniente.

Daniel Oña, director de Servicios Públicos del Municipio de Pelileo, manifestó que el personal del cabildo no es suficiente para controlar todos los espacios necesarios para detener el comercio informal, motivo por el cual se han contratado a 27 personas considerados guías, quienes laboran únicamente los sábados en los mercados del cantón.

“Son guías que no están armados, de pronto un tolete y un gas para poder llevar a cabo su trabajo, de esto se hace cargo una empresa que cumple con las tareas encomendadas”, dijo Oña.

Según el Director de Servicios Públicos, los comerciantes informales que llegan a Pelileo son de varios puntos de la provincia como Ambato, Cevallos, Tisaleo entre otros cantones.

Problemas

Dentro y fuera de los principales mercados de la ‘Ciudad azul’, los comerciantes aseguran que la informalidad está ganando cada vez más espacio.

Ana María Condo, comerciante del mercado República de Argentina, mencionó que los martes y los sábados existen inconvenientes en las afueras del centro de acopio por la presencia de vendedores autónomos, quienes comercializan frutas, hortalizas entre otros productos.

“Nosotros vemos que tratan de controlar, pero a veces no es suficiente”, aseguró la Condo.

Mientras tanto, en los locales que se ubican en las afueras de este centro de acopio, María Llerena, quien tiene una tienda de abarrotes por más de 50 años, mencionó que esta situación perjudica a todos los negocios porque la gente prefiere comprar en la calle, lo cual provoca pérdidas en sus locales comerciales.

“Nosotros si les vemos por aquí afuera, pero qué podemos hacer, la gente necesita trabajar y es preferible que hagan esto que roben”, aseguró. (RMC)