De rodillas a las afueras de la Unidad de Garantías Penales de Ambato, los familiares de Jonathan Pantoja, de 20 años, agradecieron a Dios porque para ellos brilló la luz de la justicia.
Es que la mañana de ayer Anderson Jesús Delfín, de 34 años, fue sentenciado a 34 años y ocho meses de cárcel por por el delito de asesinato, y además deberá pagar 20 mil dólares como medida de reparación integral a los familiares de la víctima.
Luego de escuchar el veredicto los allegados de Jonathan empezaron a llorar, pues sentían que se hizo justicia, por lo que todos se abrazaron.
Dolor
“A mi hijo no me lo van a devolver, pero sí tengo la satisfacción de que quien acabó con su vida ahora tendrá que pagar con la máxima sentencia”, mencionó Rosa Cóndor, madre de Jonathan.
La mujer dijo que gracias a sus familiares ella no decayó, pues el hombre que les causó tanto daño pasará en prisión.
Finalmente Rosa mencionó que el primero de enero será una fecha imborrable. “Jonathan era el tercero de cuatro hijos, el único varón. Su sueño era trabajar, porque recién se había comprometido y no quería que en su hogar falte algo”, contó.
Caso
El primero de enero, Jonathan y sus familiares luego de celebrar el fin de año decidieron ir hasta un baile que se desarrollaba entre las calles Maugeri y El Precursor, en el barrio El Calvario de Pinllo.
Se ubicaron frente a una tarima y tras comprar el licor, formaron un círculo y pusieron la botella en la mitad, mientras que a pocos metros de ellos estaba bailando Anderson, quien luego intentó llevarse su bebida, por lo que le reclamaron y le dieron una copa para que se retire. El grupo siguió festejando, pero Jonathan ya no estaba en el sitio.
El victimario regresó, pero esta vez empezó a agredir a los chicos. Al primero en herirle fue a Carlos M., de 31 años, a quien le apuñaló con un pico de botella, dejándole internado por siete días en el hospital; luego Santiago L. fue apuñalado en el estómago, la espalda y en la costilla.
Mientras que el cadáver de Jonathan Pantoja fue descubierto por un vecino minutos más tarde en un callejón, entre la avenida Quiteño Libre y Precursor. Una testigo protegida fue quien relató al momento que ocurrió el asesinato. (EV)