Los yumbos tienen sus herederos en Quito

HERENCIA. Los yumbos, hombres y mujeres, bailan ataviados con trajes femeninos. (Foto: Archivo)
HERENCIA. Los yumbos, hombres y mujeres, bailan ataviados con trajes femeninos. (Foto: Archivo)

Fanny Morales es la primera mujer que encabeza la yumbada de Cotocollao, desde 2013, tras la muerte de su padre, Pedro Morales, quien revitalizó la fiesta, buscó apoyo e integró a niños, jóvenes y mujeres.

Antes de que Morales se conviertiera en el principal organizador, los bailes, las tradiciones y las costumbres se mantenían dentro de los yumbos y de sus familias. No permitían que extraños se adentren, y la transmisión de conocimientos era oral, por ello no existe mucha documentación escrita ni gráfica, relata Fanny, que a la hora de bailar se convierte en ‘Elenita Tungurahua’, la montaña con la que se identifica.

En esos años, solo se aceptaba la participación de hombres adultos, quienes en los días de la yumbada, que se efectúa en junio de cada año, se vestían con atuendos femeninos: faldas largas, blusas bordadas, pelucas, coronas de plumas, pañuelos, collares y caretas. Portaban lanzas hechas de chonta negra. En los últimos años, se ha visto a varones, mujeres y niños vestir el atuendo del yumbo y bailar al ritmo del tambor y el pingullo.

Desde los relatos

El conocimiento que tiene Fanny Morales viene de los relatos que escuchó de su abuelo Pedro Pablo Morales y de su padre Pedro Morales, quienes llegaron a ser cabecillas de la yumbada.

Según su abuelo, los yumbos bailaban cuando él era niño en la hacienda Carretas, al norte de Quito (entre el Parque de los Recuerdos y la entrada a Carapungo). “Mi abuelo era descendiente de yumbos. Danzó y y participó como tambonero, mono o yumba”. “Mi papá bailaba desde los 15 años de mono y luego de yumba, le gustó ese papel y llegó a ser cabecilla”, menciona.

Los yumbos también habitaban en Calderón, El Inca, la Hacienda Velasco (hoy Pisulí), de donde es originaria su madre y su abuelo materno, que también fue cabecilla. (CM)