Los gastos en alimentación no pueden postergarse y representan un rubro fijo importante en el presupuesto mensual de una persona. Para alguien que vive sola, lo que destine para comida dependerá por entero de sus hábitos. Si sabe administrar bien su dinero, podrá generar un gran ahorro.
“No se trata de morirse de hambre”, advierte Esteban Vargas, asesor financiero y tributario, “sino de gastar solo en lo que realmente se necesita, tratando de desperdiciar lo menos posible”.
Gabriel Vallejo tiene 29 años, vive solo y destina cerca de 400 dólares mensuales para comida. “Normalmente pido a domicilio, tengo muy poco tiempo y no me gusta cocinar”, cuenta. “Claro que cocino, pero muy poco. Igual hago compras, pero lo que compro se daña”.
En este ejemplo, el monto asignado por Vallejo a su alimentación podría fácilmente superar al de vivienda que, en términos de una correcta administración financiera, no debería superar e 30% del presupuesto mensual.
“Estos gastos podrían reducirse a la mitad si, para comenzar, deja de pedir tanta comida a domicilio. No hace falta, realmente. Es cuestión de hacer un esfuerzo y organizarse”, dice Vargas. “Lo otro es comprar semanalmente lo que se va a comer, tener una idea de un menú diario es una buena idea”.
De acuerdo con los cálculos del experto, una persona puede gastar menos de 200 dólares cada mes en alimentación. Su versión es respaldada por Catalina Jaramillo, nutricionista y entrenadora certificada en entrenamiento deportivo para alto rendimiento, quien cuenta que en temas de alimentación una sola persona puede manejar un presupuesto promedio de 140 dólares mensuales.
Aclara que estos son apenas estimados pues cada persona tiene sus propias necesidades. En cuanto a los deportistas, explica que las necesidades nutricionales no son iguales para un maratonista que para una persona que practique fisicoculturismo, o para una persona que hace crossfit y otra que levanta pesas”, asegura.
En este sentido, Renato Jaramillo, quien entrena crossfit desde hace cinco años, cuenta que para poder rendir bien en el deporte no escatima al momento de comprar comida. “Mantenerse en el crossfit requiere de un alto consumo proteína. Al mes yo gasto en comida cerca de 300 dólares, en carne, vegetales, huevos…”, dice.
Este no es el común de los casos. Para una persona cuya rutina no implica un gasto fuerte de energía, las necesidades son menores. Puede destinar un promedio 15 dólares en vegetales, 4 dólares en una cubeta de huevos, 10 dólares adicionales en cárnicos, todo en cantidades pequeñas para que no se desperdicie. A esto se agregan 10 dólares en lácteos, granos, o cualquier otro producto.
Así, con un presupuesto de 50 dólares semanales, la despensa podrá estar bien abastecida. “Hay productos que duran más que otros. No siempre se va a gastar en granos, en arroz. Un litro de aceite puede durar hasta un mes en la cocina de una persona que vive sola”, dice Lucia Abril, nutricionista. “Lo importante es mantener cubiertos los grupos alimenticios básicos: granos, vegetales, frutas, proteínas y lácteos”, acota. (LGP)
Tips
Finanzas personales
Las finanzas personales de los solteros tienen sus inconvenientes y beneficios. Antes de tomar una decisión sobre este tema, necesitas saber en qué punto te encuentras. El primer paso es hacer un análisis sobre las finanzas y modo de vida que llevas y observar algunos de los problemas más comunes que afectan a tu bolsillo.
Prioridades
Cuando se es soltero, es más difícil, acordarse que es mejor pasar el viernes por la noche solo en casa viendo televisión, que salir a cenar con los amigos, lo que significa un mayor gasto.
Vida social
Para persona sola hay muchas cosas que le hacen gastar más dinero que a los casadas o que viven en pareja. Desde ropa, productos de belleza, los viajes, hasta salidas a bares, y lugares de moda.
Comida
El conocimiento popular dice que es más barato comer en la calle que cocinar para una sola persona. Pero, haciendo bien las cuentas, es mucho más barato comer en casa, que ir al bar a comer.
Los impulsos
Como no hay nadie en casa es muy fácil caer en tentaciones y gastar el dinero en cosas innecesarias.
