Colombia es realismo mágico

Colombia es  realismo mágico
PANORÁMICA. La impactante noche bogotana en todo su esplendor.

Atrás quedó el pasado manchado por la violencia. Hoy el país resurge como nuevo destino turístico de Latinoamérica.

FRANCISCO LASSO

El turismo urbano también es atractivo si se valora la riqueza histórica de los pueblos. Bogotá, con sus 2.600 metros más cerca del cielo, es uno de los parajes que se debe considerar para rememorar los eventos independentistas y hasta religiosos que, celosamente, guarda una de las urbes más pobladas de Latinoamérica.


Un clima templado cautiva a todo aquel que conoce esta ciudad. En cada paso se percibe un sentimiento de orgullo y de amabilidad que caracterizan a la población del ‘país cafetero’.


El corazón de La Candelaria, nombre con el que se conoce al Centro Histórico, es la Plaza Bolívar, donde se erige una imponente imagen de ‘El Libertador’.


Los edificios de la Alcaldía, el del Parlamento y del Palacio de Justicia y la Catedral Primada rodean el monumento de Simón Bolívar como los cuatro principales poderes a los que se suma el representado por la Casa de Nariño, donde habita el presidente, Juan Manuel Santos.

Tradición religiosa


Colombia es la tercera nación más devota al catolicismo de la región, luego de Brasil y México. Sus templos reflejan una influencia del arte barroco propio de los siglos XVII y XVIII.


Dentro de la Catedral Primada hay un órgano construido en el siglo XVII. Su reinauguración se hizo en mayo de este año y actualmente se utiliza para acompañar las ceremonias religiosas.


El Museo Santa Clara también es una muestra de la tradición religiosa de Bogotá.


La historia que encierran sus paredes se conoce a través de pantallas interactivas guiadas por la voz de un personaje digital, que simula a una religiosa.


El lugar conserva las paredes que conforman un pasaje angosto, oscuro y misterioso, que conecta con unos confesionarios donde las religiosas ‘purgaban’ su alma.


En 1970, el ex Convento Las Clarisas se desacralizó y dejó de ser un claustro.


Historia de libertad


A Bogotá también la marca una trama de liberación y lucha, y es que Simón Bolívar también marcó aquí con sus pasos el camino hacia la Independencia.


La nostalgia de su estancia por tierras colombianas está impregnada en cada rincón de una quinta que fue convertida en un museo que es paso obligado para el turista local y extranjero.


Toda el mobiliario usado por el hombre, ícono de lucha, se muestra intacto y recrea los 450 días que Bolívar estuvo alojado en el colonial inmueble construido en 1740.

Colombia es  realismo mágico
SÍMBOLO. La Plaza Botero, uno de los lugares icónicos de Medellín.

La ‘capital’ del desarrollo


Colombia no solo se caracteriza por la amabilidad de su gente. Medellín es símbolo de desarrollo y emprendimiento.


Un clima cálido y la sonrisa eterna de sus habitantes hacen de esta ciudad un paraje turístico de nuestro vecino país del norte. Es considerada una digna representante de producción de flores. Sus zonas montañosas están rodeadas de coloridas fincas trabajadas por campesinos ‘paisas’.


La inclusión de barrios tradicionalmente marginados fue la clave para que sus habitantes sean parte de la estructura productiva de la ciudad.
Seis escaleras eléctricas reemplazaron a las casi 360 gradas de cemento por las que tenían que caminar los habitantes para salir de sus viviendas.


Habitantes de la Comuna 13 e Independencia Uno y Dos son el testimonio vivo del cambio. Hace unas dos décadas esos sectores vivieron en carne propia las consecuencias de la violencia provocada por la guerrilla, el narcotráfico y los grupos paramilitares.


Hoy, las paredes que antes soportaban el impacto de las balas se convirtieron en lienzos que artistas urbanos usaron para dibujar una nueva historia.


La imagen ha cambiado tanto que el lugar es elegido como destino turístico en donde hace 20 años era imposible caminar sin exponerse a un disparo por bala perdida.


Seis sistemas de escaleras eléctricas fueron construidas para sus moradores puedan incrementar sus actividades productivas sin que sean tentados por la delincuencia.


El sistema de transporte público de Medellín ya es parte del imaginario urbano no solo de esa ciudad sino de toda Colombia.


El metro tiene casi 20 años de funcionamiento y sus vagones lucen como nuevos. Lo propio ocurre con las cabinas del Metro Cable, un sistema de transporte público con características de un teleférico y que mejoró las condiciones de vida para los habitantes de las laderas que rodean a la urbe.


El sentido de pertenencia adquirido por la gente hizo que valoren lo que sus impuestos pagan: todo luce impecable.


En definitiva, la infraestructura arquitectónica, la riqueza cultural sumado a la cultura gastronómica hicieron de Colombia el destino turístico predilecto para los amantes del aroma ‘cafetero’.