Rodríguez, sinfonía de letras, artes y mujeres

DAMIÁN DE LA TORRE AYORA

Ahí está Marco Antonio Rodríguez con mirada profunda y unos ojos que quieren devorar todo libro que se cruce por el camino. Buzo cuello de tortuga negro y el cabello más abultado. Una especie de roble de carne que cuelga sobre la chimenea. Es el retrato ejecutado por el maestro Oswaldo Viteri, que inmortalizó a otro maestro.

Pese a los surcos de la vida, Marco Antonio sigue siendo ese roble. Hay más canas, pero la mirada sigue devorando todo libro. De igual forma, continúa consumiendo arte, y habría que decir que el arte también lo ha consumido y consumado.

En su casa se respira arte y eso explica que el escritor lo transpire en sus ensayos. Está rodeado de piezas precolombinas. Está cercado por los trazos del ya mencionado Viteri, Endara Crow, Aníbal Villacís, entre otros. Puede sentir la comodidad angelical del mueble que talló su tatarabuelo. Puede admirar la geometría de Estuardo Maldonado. Todo es arte alrededor de Marco Antonio.

Un solo de letras

Más de tres años han pasado para que Marco Antonio alumbre a ‘Solo de Mujeres’. Otra obra de pasta dura, de contenidos duros, donde trece mujeres, y su labor, son retratadas desde la palabra del maestro, aunque habría que señalar que más que escribir un libro, el autor lo ha compuesto. Musicalidad, cadencia y ritmo: todo se conjuga en su pentagrama de letras para que el lector se aproxime al trabajo de las artistas expuestas.

“Puse de adrede el título ‘Solo de mujeres’, que tiene la connotación musical de un solo y, por supuesto, el sesgo intencionado de mi parte que recoge el trabajo hecho por artistas mujeres”, comparte el autor de ‘Historia de un intruso’, quien más allá de un tema de género trata de “esbozar arte de gran factura, de calidad absoluta”. Eso sí, considera que aún el tema de equidad es una burbuja discursiva que en la práctica castiga a la mujer. Tal como lo palpó cuando fue asesor ad honorem de Rosalía Arteaga y fue testigo que Carondelet le fue esquivo por ser mujer.

Trabajo

Simple: “Me costó muelas”. Así, empleando la jerga, Marco Antonio define a sus años de trabajo en ‘Solo de Mujeres’.

Autodefinido como inquilino del mundo y adicto a la lectura, manifiesta que realizó varias entrevistas –“con alguna hasta siete u ocho conversaciones”- para ir construyendo sus ensayos, además del ejercicio de contemplación y la infaltable dosis alta de lectura para palear su adicción.

“Soy un mortal. Tengo mis limitaciones –dice-. Una de las artistas (Carol Lindberg) me mandó a releer a (Carl) Jung. Mis estudios de filosofía me salvaron”.

“Aquí hay un punto importante, el nacionalismo chato no va conmigo –agrega-. Aparecen mujeres artistas que han nacido en otros países, de las cuales he encontrado un amor hacia Ecuador que sobrepasa nuestras pasiones. Destilan amor”.

Otro de los retos fue trabajar sobre figuras ya fallecidas como Leonor Rosales. “No se puede ir desde la ficción. Me ayudaron mucho sus fotografías, donde encontré una mirada de tristeza profunda. Pude observar algunas de sus obras en vivo y en mis manos tuve algunas fotografías de su labor”, explica mientras sus manos se contraen como si agarrara unas fotos invisibles. “Además, conté con los textos del maravilloso crítico e historiador de arte, ese ilustre guayaquileño llamado Juan Castro y Velázquez”, acota.

Presea

Sobre ‘Solo de mujeres’, la crítica portorriqueña escribe: “Marca un hito en la historia de las artes plásticas latinoamericanas”. Y Marco Antonio abraza esas palabras con cariño.

Al igual que abraza las palabras del difunto Hernán Rodríguez Castelo, su maestro: “Es propio de este ensayista el vuelo. Y, cuando el vuelo se alza mucho, hasta nos cuesta seguirle, sobre todo cuando hemos confiado tales seguimientos a la razón crítica”.

“Es el mayor elogio que he recibido en la vida. Es mi única presea. Eso morirá conmigo. Tomando el verso de Pedro Salinas: ‘hasta que la tierra quiera mis ojos, mi maestro siempre será Hernán’, a quien todos le debemos mucho”, comparte.

Sorteando las cábalas y los maleficios, el número trece termina siendo corto, por lo que el maestro prepara un nuevo tomo, donde adelanta que aparecerán nombres como los de Pilar Flores, Manuela Ribadeneira, María José Argenzio, entre otras artistas.

‘Solo de Mujeres’

Artistas

° Leonor Rosales

° Germania Paz y Miño

° Eudoxia Estrella

° Araceli Gilbert

° Margot Lederberger

° Carol Lindberg

° Pilar Bustos

° Dayuma Guayasamín

° Ana Fernández

° Paula Barragán

° Sandra C. Fernández

° Larissa Marangoni

° Doina Vieru

ESCRITOR. Prepara un nuevo volumen con ensayos sobre mujeres artistas.
ESCRITOR. Prepara un nuevo volumen con ensayos sobre mujeres artistas.

Perfil
Marco Antonio Rodríguez

° Escritor y catedrático ecuatoriano. Nació en Quito. Es doctor en Jurisprudencia y en Filosofía y Letras. Ejerció durante dos periodos la presidencia de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Es autor de ‘Cuentos del rincón’, ‘Historia de un intruso’, ‘Un delfín y la luna’, ‘Jaula’, ‘Palabra e imagen’, ‘Grandes del siglo XX’, ‘Poetas nuestros de cada vida’, ‘Oficio de crear’, ‘Ramón Piaguaje, el artista que llevó su Amazonía por el mundo’, entre otros títulos.