‘Historia mágica del Camino de Santiago’, por Fernando Sánchez

Por Oswaldo Paz y Miño J

No niego, por el contrario, confirmo mi especial afecto por la mitología del mundo. Muchos ejemplares del tema están en lugares preferentes y cercanos a mí, en las estancias más personales de mi biblioteca. Los mitos son parte de la piel humana, están presentes en todo tiempo y lugar, y en las estaciones del hombre: el nacimiento, la muerte, la soledad, la pérdida, el miedo, la locura, la pasión, el amor, el deseo. No se puede prescindir de ellos. Historias, símbolos y misterios, para transformar la piedra bruta y pulirla, cual hacían los masones en las catedrales fastuosas.

He peregrinado entre mis libros, buscando uno de esos que preparan al espíritu para intenciones iniciáticas. Del erudito y gran escritor Fernando Sánchez Dragó, traigo: ‘Historia mágica del Camino de Santiago’, el cual inicia proclamando:

“¡Ultreya! Ese era el grito que lanzaban los peregrinos medievales al avistar las torres de la catedral compostelana desde la cúspide de cerro de Triacastela, en el mismo sitio -prácticamente- donde hoy despunta el aeropuerto de la ciudad.

Justamente eso, lector amigo, es lo que en este instante propongo, lo que -solo si parece lo tienes a bien, se te tienta la aventura, si no te asusta el albur, si me otorgas tu confianza, si me nombras tu guía jacobeo- vamos a hacer juntos: gritar a pleno pulmón, y de la mano, ¡ultreya! Ir más allá de lo evidente, de lo patente, hurgar en la atiborrada trastienda del Camino de Santiago”.

Aceptar la invitación hacia el ‘Camino de Santiago’, la ruta Jacobea, es transitar por el mito de origen medieval. Es bregar, desde la obra, para llegar al lugar en el que -se dice- está la morada final del apóstol Santiago el Mayor, en un recinto sagrado de la Catedral de Santiago de Compostela.

Sánchez Dragó, maestro del esoterismo, abre trochas, rompe claves y encrucijadas, y lidia con laberintos en las doscientas cuarenta páginas de su enigmático tomo.

Por la ruta literaria, el lector recorrerá tramos que explican liturgias y teúrgias. Avistará huellas templarias, que se acercan al Grial, y leerá sobre los naipes del tarot alquímico, sin dejar de levantar la mirada al firmamento, cada noche, para “descifrar sus letras”.

“Ve a Eunate, lector, sitúate en el centro del Octógono, respira abdominalmente en ocho tiempos, musita un mantra, húndete poco a poco en las arenas movedizas de la meditación, ábrete a la energía del macrocosmos que allí, en Eunate, se concentra y… ¡Y ultreya! Ya me contarás, peregrino. Que la fuerza te acompañe” (Pág. 229).

[email protected]

FRASES

Aceptar la invitación hacia el Camino de Santiago, es transitar por el mito de origen medieval”.

Los mitos son parte de la piel humana, están presentes en todo tiempo y lugar”.

Perfil
Fernando Sánchez Dragó

° Nació en Madrid, en 1936. Se licenció en Filología Románica y Lenguas Modernas (italiano) por la Universidad de Madrid. Ha trabajado como profesor de Lengua y Literatura en diversos países (Japón, Senegal, Marruecos y Kenia). Además de escritor, ha sido traductor, fundador de la revista poética ‘Aldebarán’, corresponsal y presentador de televisión. Por esta última faceta, recibió el Premio Nacional de Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura por su programa televisivo ‘Negro sobre blanco’, en el que comentaba las últimas novedades editoriales. En 1990, recibió el premio Planeta por su novela ‘La prueba del laberinto’. Es colaborador habitual en diferentes medios de prensa. Tomado de: www.spainisculture.es