Susana Freire García
Me remonto a mis 16 años y vienen a mi memoria los rostros queridos de quienes fueron los primeros alumnos que tuve gracias al programa de alfabetización radiofónica ‘El Maestro en Casa’ –del Instituto Radiofónico Fe y Alegría (Irfeyal), en el que mi colegio participaba.
Lo que en un primer momento fue tan solo una obligación para la graduación, se convirtió en una tarea enriquecedora pues mis alumnos no solo me doblaban en edad, sino en experiencia de vida, y al final recibí mucho más de ellos, de lo que yo les di.
Por ello, respeto y valoro la labor de Irfeyal que, detrás de su programa emblemático, contiene una serie de maestros voluntarios, quienes cada fin de semana entregan parte de su tiempo para educar a los adultos que se benefician con la modalidad de educación radiofónica.
De Madrid a Quito
Hablar de Irfeyal es hablar al mismo tiempo del padre Pedro Niño Calzada S.J. (Director Nacional de Irfeyal), quien llegó procedente de Madrid a Ecuador en 1979, motivado por la consigna del padre general de La Compañía de Jesús, Pedro Arrupe: la comunidad jesuita debía incursionar en la educación con clases populares, en concordancia con el Concilio Vaticano II y las enseñanzas de Jesucristo.
Así arriba el padre Niño, quien reorganizó el Movimiento Internacional de Educación Popular Integral Fe y Alegría tanto para niños como para adultos (el movimiento se instauró en Ecuador en 1964).
Los primeros años se dedicó a ambos segmentos poblacionales y desde 1984 solo a la educación de adultos, reforzando en Quito el programa ‘El Maestro en Casa’ -que se emitió por primera vez en Guayaquil en 1976 gracias al padre Antonio de Durana S.J, y dos años más tarde en Quito-, con la premisa de educar a través de la metodología pedagógica desarrollada por Radio ECCA de las Islas Canarias (España) para las personas que carecen de tiempo para asistir a una escuela.
El Dato
Desde los 15 años se puede acceder a este sistema educativo con un costo mínimo, desde los niveles primarios hasta el bachillerato.
De ahí el eslogan de los jesuitas: “Si usted no puede ir a una escuela, nosotros ponemos una escuela en su casa”. El comienzo no fue fácil. Al carecer de una emisora propia, el padre Niño hizo convenios con diversas emisoras, entre ellas Radio Nacional, donde trabajaba el periodista Carlos Alfonso Espinosa de los Monteros (+), quien fue un entusiasta del proyecto.
El padre Niño era el encargado de trasmitir las clases ayudado de algunos pedagogos (siempre una mujer y un hombre). A partir de 1995 contaron con una emisora propia: Radio Deportes vendió la frecuencia y el Padre, ayudado de fondos europeos, la compró en 350.000 sucres, y que hasta la actualidad funciona en la calle Carrión y Av. 10 de Agosto.
Si el estudiante no puede sintonizar en directo (en Quito se transmite de 17:00 a 22:00), cuenta con un libro y un CD para que escuche la clase cuando pueda.
‘Irfeyal, mi familia’
La emisora tiene cobertura nacional (1090 AM), lo cual facilita la misión educativa de Irfeyal. Los programas de estudio de ‘El Maestro en Casa’ son diseñados por los pedagogos de la Unidad Educativa de Irfeyal, cuyo rector es Arturo Aguayo, y cuentan con la autorización del Ministerio de Educación, aunque ha sido excluido del programa de alfabetización para adultos, algo que el padre Niño lamenta.
Como buen pedagogo, el sacerdote afirma que lo más importante es que cada alumno aprenda a pensar, a defender sus derechos y a cumplir sus deberes de ciudadano. Esto, sin dejar de exaltar que la clase popular ecuatoriana tiene unos valores humanos extraordinarios, razón que le motivó a radicarse definitivamente en el país.
Resume su labor con estas palabras: “Cuando he dado el 10% me han devuelto el 50%; cuando he dado el 20% me han devuelto el 100%. En honor a la verdad no tengo más familia que la de Irfeyal, ya que mi gente está aquí”.