El virus de la politiquería

En Ecuador, hemos logrado transformar un problema de Salud Pública clasificado como pandemia para la OMS, en politiquería barata. Menudo logro en medio de tanta desesperación. Inclusive, las iniciativas para frenar con decisión al contagion han sido objeto de críticas injustificadas, pues el tiempo le dio la razón al Alcalde de Quito, quien fue el primero en el país en adoptar medidas contundentes y eficaces, como lo indican los números.

Sin embargo, por afanes politicos, el Gobierno nacional se ha empeñado en contradecir al burgomaestre, llegando al punto de autorizar actos masivos en Guayaquil, cuando recién empezaban los brotes de epidemia en el país. Así que mientras en Quito se adoptaban medidas acertadas, el Gobierno y sus funcionarios respaldaban indirectamente a las acciones más inoportunas y totalmente desacertadas como en la ciudad de Guayaquil, en donde seguimos contando a centenares de contagiados y en donde se dejó al descubierto a una alcaldía ineficiente, prepotente e inclusive bochornosa a nivel internacional.

Y esto por no hablar de personajes públicos que dicen que al coronavirus podemos combatirlo con “dos limoncitos”. Nefasto. A estos personajes el Gobierno debería decirles que ni se les ocurra dar consejos. El Ministerio de Salud también ha actuado de manera improvisada y superficial, causando más suspicacias que certezas ya no hubo un plan de prevención adecuado que pueda hacernos decir que contamos por lo menos con el mínimo de los insumos necesarios, aunque sea para nuestros doctores y personal médico en general.

En fin, a la buena de Dios una vez más para enfrentar la crisis. Y a su vez, siguen imponiéndose ministros quisquillosos y resentidos con alcaldes y hasta con periodistas que se atreven a señalar las deficiencias mientras que lo que debería interesarles es que el sistema sanitario nacional no colapse. Hemos perdido y seguimos perdiendo demasiado tiempo. ¿No se entiende? Qué pena que a causa de un Ejecutivo tan frágil y desorientado, hoy tengamos dos virus en lugar de uno: el coronavirus y los politiqueros.

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