La receta liberal para sacar adelante al país

Modelo. El liberalismo está basado en buscar constantemente la libertad.
Modelo. El liberalismo está basado en buscar constantemente la libertad.

Hoy es el Día del Liberalismo. LA HORA ofrece la receta de los libertarios para varios aspectos de la vida.

El ser liberal no se ha puesto de moda. Es una línea histórica, plenamente probada de equilibrio en la vida, lo económico, lo educativo, lo político. El mandato más alto de esta tendencia es la búsqueda permanente de la libertad frente a cualquier tipo de poder que quiera hacerse de un espacio.

Ejercer la libertad se ha visto como un desafío en los últimos años, no solo en Ecuador sino en la región. En un asunto aspiracional basado en las ideas y valores, donde cada individuo persigue sus propios objetivos.

Hoy, en un aniversario más del Libertarismo, este Diario recoge los testimonios de personas que viven buscando, activamente, la libertad desde esta filosofía, que pone límites al poder, fomenta el respeto a los derechos de las personas y el respeto a la Justicia.

Un grupo de personas que no solo trabajan en Ecuador sino en América Latina. Lea esta receta liberal para los ecuatorianos.  (DLH)

La receta para la Política

Hacia el Estado supervisor y el libre mercado

José Alvear

Empresario

“La receta para el Estado está basada en la libertad. Libertad para poder expresarnos, para poder elegir, para poder disfrutar del fruto de nuestro esfuerzo. Sin tener a un Estado intervencionista que está esperando ver qué obtiene de nuestro trabajo a través de un Estado obeso, cuando debería ser a la inversa. El Estado Libertario tiene cuatro pilares. El primero es el pilar de la educación. Tiene que cambiarse el pensum educativo. Dejar lo tradicional y mutar hacia el mundo globalizado, que es con mucha tecnología. Eso implica influencia en carreras prácticas o técnicas que ayuden a que nuestros hermanos a no emigrar. Sino que aprendan a explotar los recursos de sus respectivos pueblos, cantones, provincias. El segundo es la Justicia. No puede ser corrupta, tiene que ser imparcial, donde no pueda estar la mano de la política. Donde la casta política no esté metida. Incluso, si es necesario, proteger sus rostros y sus nombres para hacerle frente a ese gran cáncer que tenemos: el narcotráfico. El tercer pilar es la seguridad. La deben manejar las fuerzas del orden. Nadie te debe prohibir tener un arma en tu casa. Pero quienes deben encargarse de darnos esa libertad de caminar seguros por las calles son las fuerzas del orden, policías y militares.

La salud es el último pilar. El estado libertario no es un Estado que es más próspero porque es más grande y tiene mayores reservas de recursos naturales. Que ese es otro gran error del modelo socialdemócrata que hoy en día pulula en la región. El estado libertario de los países más prósperos, como por ejemplo Japón, Suiza, Austria, explota la creatividad, la productividad para trabajar en función de productos terminados, con valor agregado. Es el libre mercado, que es la forma de intercambio comercial tan antigua como el mismo ser humano. El modelo político es que los pocos impuestos sirvan para desarrollar los cuatro pilares. La empresa privada es la que tiene que dar empleo y, para eso, el Estado supervisor tiene que darle las garantías con una ley laboral proporcional, equilibrada. Donde no nos veamos empleador y empleado como enemigos, para la prosperidad. Quitando la enorme carga tributaria de aranceles que los gobiernos socialdemócratas tienen como receta básica”.

La receta para la vida

Esteban Prexl

Empresario

El tiempo es valioso en la vida liberal

“Una persona que vive los principios del liberalismo tiene que esforzarse al 100%. Porque la filosofía del liberalismo defiende mucho la individualidad. La persona es más individual que colectiva, y vive bajo ese principio. Esto quiere decir trabajar en el bienestar de uno como persona y vivir bajo reglas éticas. Porque yo puedo vivir en libertad, pero no puedo afectar la libertad de otro. No se trata de hacer lo que yo quiero. En la práctica tengo que vivir bajo mis principios éticos que no están detallados en un papel. Sino que yo al tomar mis decisiones, sé que eso va a tener una consecuencia. Entonces, en el liberalismo las leyes y las consecuencias de las acciones tienen que ser súper fuertes. Así, el Estado lo único que tiene que hacer es Justicia y defender la propiedad privada. Al tener una Justicia fuerte sé que mis acciones van a tener una consecuencia. Entonces tengo que pensar bien lo que hago. A veces sostienen que es necesario un control desde arriba porque el hombre no sabe qué hacer y no sabe las consecuencias al afectar a los demás. Pero, justamente por esto, la gente no piensa en las consecuencias. La forma de vida desde el liberalismo se traslada a cualquier interacción. Por ejemplo, la economía está compuesta por acciones humanas. Entonces, al interactuar con personas yo tengo que controlar mis actos. Y las consecuencias legales son mi responsabilidad. Por eso también se defiende la propiedad privada. Esto no solo es poseer bienes o cosas superficiales, sino la propiedad privada de mis pensamientos y expresiones. Nunca voy a decirle a alguien qué pensar ni qué decir. Sino que voy a escuchar y, tal vez, si no estoy de acuerdo, esa persona sabrá las consecuencias de su forma de pensar. Ahora, una persona también vive el liberalismo emprendiendo, siendo dueño de su tiempo, porque en el liberalismo y en la economía liberal lo más importante es el tiempo. Por ejemplo, el liberalismo no significa endeudarse y haber adelantado ese consumo que yo tenía que haberlo hecho después con ahorro. Entonces, eso tiene un costo. Por eso es que el ahorro y la inversión es lo más importante en la filosofía liberal. Otro ejemplo, cuando se genera un ingreso, generalmente, las personas gastan todo. Muchos dicen que hay gente que gana más y puede darse el lujo de ahorrar y eso no es así necesariamente. Uno puede vivir ahorrando de acuerdo a sus ingresos. Lo que tiene que hacer es vivir de acuerdo a lo que genera. Si yo gasto más de lo que ingresa, voy a vivir en un estrés total. Voy a vivir ligado a pagar una tarjeta de crédito, un crédito a un banco. Voy a odiar a los bancos. Porque generalmente las personas que odian el sistema financiero es porque adelantaron ese consumo futuro al presente. Las tasas son altas, pagan un mensual y no pueden ser libres. Por ello, la paciencia es lo más importante en esta vida. Lo que dicta el liberalismo es: ahorra para el futuro, compra con tus ahorros y no generes una deuda que te va a costar tiempo. Hay muchas cosas que nos atan porque tomamos malas decisiones. Entonces, este tema del tiempo es básico en vivir una vida libre”.

La receta para el sector privado

Martín Menem

Empresario y político argentino

Conocer las trabas ayuda a la vida del emprendedor

“Les voy a hablar como emprendedor y no como político. El liberalismo en principio es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo. Basado fundamentalmente en el respeto a la vida, a la libertad y a la propiedad privada. Con estos tres conceptos me enseñaron a vivir a mí. Me di cuenta de que era liberal cuando entendí cuál era la definición de lo que me habían enseñado en mi casa. Respetar al otro, el proyecto de vida del otro. Respetar la vida y respetar la propiedad privada. A partir de ahí es que empecé a emprender teniendo siempre en cuenta estos conceptos básicos. Que también habla de mercados libres, que es la menor intervención posible de los estados. De la libre competencia. El mensaje fundamental, más allá del liberalismo, es creer en lo que uno está haciendo. No bajar nunca los brazos. Tratar de anticiparse en el tiempo y estar lo suficientemente flexible para ir entendiendo cómo funciona la conducta humana. También, la conducta del Estado, que es esa gran corporación que tiene unas responsabilidades en muchas materias. Al entender, uno puede adaptarse como emprendedor para poder ser exitoso en el terreno que le toque desarrollarse. Por ejemplo, en mi caso, en Argentina, ha sido muy dificultoso emprender porque hay trabas. Son muchas. No solo hay trabas económicas, por no tener una moneda estable. De hecho, nunca la tuvo Argentina, salvo en pocas etapas en su historia. Desde 1890 hasta 1930 con la crisis. Y después, entre 1990 y 2001. Toda la vida de la Argentina vivió procesos inflacionarios muy altos. Lo que hacen es que uno no se pueda proyectar en el tiempo. Hay barreras de entrada para productos que vienen de otros países. Hay barreras de salida para los productos. Y, además, todo tipo de aranceles, tasas y regulaciones. Ya sean nacionales, provinciales o municipales. Puntualmente en el emprendimiento que estoy dirigiendo una parte de mi tiempo, porque tengo que estar un poco volteado a la política en el partido Libertad Avanza, hemos crecido pese a todas las trabas. Estamos funcionando hace nueve años en medio de regulaciones, que tardan mucho en habilitar procesos, conseguimos productos alimenticios de calidad, con buenas prácticas en la elaboración y que sirven para ingresar a nuevos mercados. Pero, para esto hay que entender cómo funcionan los estados. Cuáles son todas las regulaciones previas a emprender y cuáles son capaces de crear los políticos de turno para saber cómo uno puede organizarse y plantear un emprendimiento exitoso. No para seis meses, para un año, sino para procesos largos que son los que generan al final proyectos en el cual los emprendedores se convierten en empresarios. Más allá del beneficio que obtengan, se transforman en benefactores sociales porque contribuyen a la sociedad.  Con bienes de mejor calidad a mejor precio, donde existe la libre competencia.

La receta para la educación

Yolanda Salazar 

Experta en educación con mención en metodología del aprendizaje

“Para lograr que el nuevo liberalismo se aplique desde la educación es necesario llevar a cabo una serie de acciones y políticas que promuevan los principios fundamentales de esta corriente. Esto implica enfocarse en el desarrollo de habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad, en lugar de simplemente enfocarse en la memorización de hechos. Es importante no ponerse una venda en los ojos y simular que todo está perfecto, es necesario identificar las desigualdades educativas y sus brechas, el nuevo liberalismo debe tener como objetivo principal la garantía de igualdad de oportunidades en la educación. Esto significa implementar políticas que, más que lineamientos establecidos en fríos documentos, sean un análisis que aborde las desigualdades educativas y proporcionen apoyo adicional para aquellos estudiantes que lo necesiten. La implementación de programas permanentes de nivelación, el desarrollo de las destrezas de los puntos que se han identificado como debilidades, pero sobretodo trabajar aún más es sus puntos fuertes para convertirles en más fuertes de lo que ya son, hacer de ellos no solo niños y jóvenes talentosos y capaces de todo en la vida, que el principal objetivo en la educación sea siempre tener sociedades con conocimiento en ciencia, pero sobretodo ciudadanos con valores y ética, niños y jóvenes felices sin barreras de desigualdades. El liberalismo puede tener un impacto significativo en la educación. Desde una perspectiva que  promueve la libertad individual, autonomía y poder llegar a una gran puerta denominada igualdad de oportunidades. Dentro del sistema educativo contamos con la libertad de elección, esto puede significar desde la posibilidad que los padres tienen de educar desde casa o el seleccionar la institución educativa que mejor se adapte a las necesidades de sus hijos, según su espacio territorial, condiciones culturales e incluso su realidad socioeconómica, lo mismo que fomenta la competencia entre las escuelas en la búsqueda de aumentar la calidad educativa, misma que implica ofrecer una educación integral que desarrolle el potencial de cada estudiante, promueva habilidades y competencias relevantes, cuente con docentes capacitados y motivados, un currículo pertinente y adaptado, una infraestructura adecuada y una participación activa de la comunidad. Al mencionar una educación con libertad estamos llamados a invertir en calidad educativa; es decir, inversión con visión al futuro de las sociedades, preparando a las nuevas generaciones para ser ciudadanos comprometidos, críticos y capaces de contribuir al progreso social y económico”.