Los cambios aprobados en la LOEI no contemplan escoger entre físico-matemático, químico-biólogo, o sociales, como era hace una década.
Las reformas a la Ley Orgánica de Educación Intercultural Bilingüe (LOEI), que pasó el segundo debate en la Asamblea, se celebró como el regreso al bachillerato por especialidades.
Sin embargo, esto lo que exige es “una flexibilización del Bachillerato General Unificado (BGU), que se implementó en todos los colegios desde 2011”, dice Marco Salas, experto en educación.
Salas explica que al igual que en el BGU, los estudiantes mantendrán un tronco común de materias, pero que a partir de los análisis de los departamento de orientación vocacional –que también vuelven a los colegios con las reformas– el estudiante podrá decidir qué va a estudiar en la universidad.
“De ahí me imagino se dividirán los cursos y los estudiantes que vayan a estudiar medicina tendrán más horas de química, los que van a estudiar leyes más horas de sociales, o si quiere ser arquitecto más horas de matemáticas”, detalla.
Estos parámetros deberá establecerlos el Ministerio de Educación, que, según Salas, deberá reformar la malla curricular. “Pero todavía hay que esperar que el Gobierno pase la Ley, o sea que no le vete”.
Fernando Sempértegui, rector de la Universidad Central del Ecuador, señala que este es un acierto porque diversifica el bachillerato, lo que impactará en mejores calificaciones para quienes aspiren a una carrera, ya que tendrán conocimientos específicos.
Sempértegui detalla que esto, sin embargo, no es el único cambio que se necesita aplicar. Considera que la oferta académica debe ampliarse y que la accesibilidad sea igual en todas las provincias. “El 39% se queda fuera porque no hay cupos suficientes”.
El catedrático considera que se necesita invertir en universidades o institutos que no requieran que la gente de la Amazonía o zonas rurales deban trasladarse a las grandes ciudades. (AVV)