Las necesidades de financiamiento para el próximo año superan los 7.000 millones de dólares. Es una cifra menor que en 2022. El Gobierno proyecta más recaudación y menos impuestos.
El presupuesto general de Ecuador para 2023 proyectado por el Gobierno contempla una necesidad de financiación de 7.577 millones de dólares, de los que casi la mitad espera que sean obtenidos desde el exterior, principalmente a través de organismos internacionales y multilaterales.
En un conversatorio con periodistas, el ministro de Economía, Pablo Arosemena, indicó que este financiamiento será menor al de este año, cuando el presupuesto de 2022 contemplaba obtener prestados 9.534 millones de dólares.
Este dinero lo necesitará Ecuador para cubrir el déficit fiscal proyectado de 2.630 millones de dólares (más de mil millones menos que en 2022), y otros 4.425 millones de dólares en amortizaciones de deuda.
De los 7.577 millones de dólares que el Ejecutivo necesitará en 2023, 3.733 millones espera que lleguen desde el exterior y 3.744 millones de manera interna.
Su estimación es obtener 2.477 millones de dólares de organismos internacionales, entre ellos 679 del Banco Mundial y 762 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mientras que 619 vendrán a préstamo de otros gobiernos y 637 de bancos y bonos internacionales.
Seguirá la relación con el FMI
En ese sentido, Arosemena abogó por continuar trabajando el próximo año con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que siga con atención el desempeño de las finanzas estatales una vez concluido en diciembre el programa crediticio firmado en 2019 con este organismo, ascendente a 6.500 millones de dólares.
El titular de la cartera de Economía y Finanzas señaló que la opinión del FMI es clave para facilitar el acceso a préstamos de otras instituciones.
En ese sentido, el ministro señaló que lo que más valora el FMI es la reducción de déficit fiscal, aunque reconoció que al organismo internacional le hubiese gustado que fuese más de lo estimado para 2023 y que tuvieron que negociar.
Auditoría para Petroecuador
Arosemena también aseguró que a finales del año estará contratada la auditoría externa a la petrolera estatal ecuatoriana Petroecuador, la empresa más grande del país, ya que este es otro de los requisitos marcados por el FMI para la culminación del programa crediticio, del que quedan por desembolsar 700 millones de dólares.
El ministro resaltó que por primera vez en la historia del país esta compañía tendrá sus balances auditados de manera externa, para los ejercicios de 2019, 2020, 2021 y 2022, lo que indicó que «será un bonito legado» para tener una base y controlar mejor las finanzas de esta empresa, cuyos ingresos son de 15.000 millones de dólares al año.
El presupuesto presentado por el Gobierno a finales de octubre, que se comenzará a debatir en el pleno de la Asamblea Nacional (Parlamento), asciende a 31.503 millones de dólares, con una previsión de que el producto interior bruto (PIB) crezca un 3,1 % hasta los 122.369 millones de dólares.
Menos impuestos, pero más recaudación
Arosemena destacó la ambición del Gobierno del presidente Guillermo Lasso de aumentar la inversión social, que en 2023 crecerá hasta más de 15.000 millones de dólares si se suma el gasto en bienestar social, desarrollo urbano, cultura, educación, salud y trabajo, y a la vez reducir el déficit fiscal.
Al respecto, resaltó que el Ejecutivo ha previsto aportar al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) el 40 % del gasto en pensiones de jubilación, algo que reprochó a gobiernos anteriores no haberlo hecho así.
Del mismo modo, abogó también por lograr una mayor recaudación fiscal mediante la reducción de impuestos que sufren ahora una alta evasión y por focalizar los subsidios a los combustibles, que este año supusieron al país unos 4.000 millones de dólares. (EFE)