Viernes negro…

‘Black Friday’ es una mala palabra que atenta en contra de la convivencia humana y alimenta salvajemente el consumismo aberrante que hace tiempo ya nos ha invadido, al punto de dejarnos vacíos de pensamiento. Muchas tiendas de electrodomésticos dicen haber vendido en ese día lo esperado y ya están tranquilas con lo recaudado. Esta costumbre es nueva en Ecuador, quizá es el segundo año, pero ha llegado con fuerza.

En otros países las cosas son bravas: gigantescas colas de gente que amanece en las afueras de los centros comerciales, lista a lanzarse sobre los productos para comprarlos a como dé lugar, pues si hay que “matar para vivir”, hay que hacerlo; porque nada ni nadie puede impedir la voracidad de un comprador en “viernes negro”.

Qué calamidad de seres humanos detrás de alguna pantalla plana, para seguir alimentándose de basura que le impida por todos los medios pensar, entender al mundo que lo rodea y básicamente respetar a los demás y valorarlos por lo que son y no por lo que han conseguido, quién sabe en qué lides.

Nuestros cerebros están más desnutridos que nunca. De qué juventud hablamos si el bombardeo publicitario y marketero hace tiempo que nos robó las buenas intenciones, se llevó los intangibles intelectuales que nos obligaban a leer un libro, escuchar a los grandes maestros de la música, apreciar una exposición de pintura, visitar a un amigo o caminar sin celular.

¿De qué bienestar hablamos si practicamos yoga, nos ejercitamos en los gimnasios (lo cual es beneficioso) y vivimos colgados del qué dirán y prestos a las asechanzas del consumismo? Los corruptos que se han cargado el santo y la limosna son los mejores alumnos de este sistema que promueve la adquisición competitiva de riqueza como signo de “estatus y prestigio”.

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