Ser de izquierda…

Ugo Stornaiolo

En décadas pasadas, “ser de izquierda” era reivindicar causas sociales y simpatizar con luchas como las de Cuba, Nicaragua o Chile. La izquierda era “revolucionaria” y buscaba subvertir un orden. El término también derivó en guerrillas (las FARC y el ELN en Colombia) y el FMLN salvadoreño.

El origen del término se remonta a la votación de la Asamblea Nacional Francesa, en 1789, para discutir la nueva constitución que eliminaba, entre otras cosas, el poder absoluto del rey. Los que estaban a favor de mantener ese poder se sentaron a la derecha y los que estaban en contra, a la izquierda.

Por décadas, la izquierda estuvo matizada por corrientes, que captaron el poder en algunos países, como la socialdemocracia, el comunismo y el socialismo. Los resultados no siempre fueron buenos. Basta ver el fin del régimen socialista de Allende en Chile, en 1973.

Tras la crisis de los 80 y el renacimiento en los años 90 de un sistema basado en el mercado –bautizado como neoliberalismo-, al inicio del nuevo milenio resurgió una nueva ola de populistas autocalificados de izquierda, como Hugo Chávez (Venezuela) y Lula (Brasil), que encarnaron ese resurgir de la tendencia, aupados por Fidel Castro desde Cuba.

El auge de exportaciones de materias primas desde estos países latinoamericanos permitió a muchos de los gobernantes de esta corriente, denominada “socialismo del siglo XXI” (término acuñado por el sociólogo alemán Dieterich), generar populismos de izquierda, con poderes casi ilimitados, creando la ficción del “paraíso socialista”…

Con la caída del precio de los ‘commodities’, el modelo entró en crisis, y con sus promotores implicados en corrupción: Dilma, Lula, Correa, Ortega, Cristina Fernández y Maduro. Unos en prisión, otros exiliados, otros con fuero judicial y dos que se aferran al poder.

Ser de izquierda hoy es cerrar los ojos a la corrupción, a la salida de miles de venezolanos y nicaragüenses, a la creencia de que quienes se van es “porque no ven el paraíso que tienen”. Es necesario explicar a algunos correístas que el muro de Berlín cayó y que ser de izquierda no es alcahuetear a Maduro y Ortega.

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