Ser bachiller

Una manera cómoda de vivir es no criticar. Pero no criticar nos hace fáciles presas de los charlatanes, demagogos, embaucadores. La crítica es una actividad inútil, necesaria. Me dejo llevar por aseveraciones: “de vez en cuando la crítica es necesaria para hacer mejor mi trabajo”, “el pensamiento crítico es el impulsor más importante de la raza humana”, “ejercer el pensamiento crítico es parte fundamental del progreso”, “el crítico es el que motiva el repensar”.

Un tema para criticar, los exámenes de culminación de los estudios de nivel medio. Ya lo hice, hace casi dos años, cuando el Ministro de Educación dijo: “los exámenes ENES y Ser Bachiller causaron estrés”, una estudiante señaló: “dar las pruebas por separado nos permite prepararnos más para cada examen”. La gran solución y fácil, unificarlos para este año lectivo.

Lo de fondo y negativo se mantuvo: falta de acompañamiento emocional a los estudiantes, nula preparación previa, pruebas estandarizadas que no reconocen las características de las localidades, tipo de bachillerato, jornadas, desequilibrios en la salud por el miedo al fracaso; y de ahí, cursos de preparación fuera de sus instituciones con fuertes erogaciones económicas, sacrificios personales y familiares en días de descanso.

Ayudando a repensar, con interrogantes: la posibilidad de tres opciones adicionales – exámenes supletorios, remediales y de gracia-, desde el octavo de básica ¿ayudan a otras y a esta definitiva instancia?

Si el alumno ha ido aprobando las asignaturas ¿ tiene sentido someterlo a un último examen? ¿Es justo que habiendo aprobado el curso, este examen suspenda su título? Se debió conocer pensamientos y sentimientos mediante cuestionarios directos a los actores. ¿Continuará la mala administración educativa?

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