El cerco se va cerrando poco a poco y la única “tabla de salvación” que le queda al expresidente Rafael Correa es su autoexilio en Bélgica. El caso Odebrecht, mal que bien, y más temprano que tarde, le incluirá en alguno de sus capítulos. Otro que se le encima es el de las “travesuras” en el sector petrolero y los sobreprecios de carreteras e hidroeléctricas, por no hablar de la deuda interna y externa.
Ayer se añadió otra “vuelta de tuerca” desde un frente que tal vez él y los suyos creían inconmovible: se le vincula con el secuestro del activista político Fernando Balda. Se hace basados en los testimonios de colaboradores suyos realmente muy íntimos. El Fiscal pide a la Corte Nacional de Justicia una audiencia de vinculación de Correa en el proceso que se sigue.
Las razones del Fiscal: en la “instrucción fiscal han aparecido datos de los que se presume la participación” del exmandatario en el secuestro. En consecuencia, la Corte solicitó autorización a la Asamblea Nacional nada más ni nada menos que para el “enjuiciamiento penal” del expresidente. El precedente: hace 18 años la Corte Suprema hizo una solicitud semejante al Congreso Nacional para procesar al expresidente Jamil Mahuad.
En el continente soplan otros vientos: expresidentes acusados y procesados en Perú y en Panamá y otros bajo sospecha de corrupción. También hay uno extraditado desde Estados Unidos a su país acusado de corrupción. Ahora Correa entra en la lista. Nada nuevo hay bajo el sol, pero algunos se han ocultado por demasiado tiempo bajo el paraguas de la impunidad.
Quien no te dice que le agradas y aun así lo sabes, ése es el que te deja un buen recuerdo”. Yasunari Kawabata Escritor japonés (1899-1972)Nunca podemos ver los problemas totalmente desde afuera, siempre estamos implicados”. Juan José Saer Escritor argentino (1937-2005)