Víctor Cabezas
Las redes sociales se activaron porque el periodista de TC Televisión Mauricio Ayora, ‘Caterva’, fue suspendido del canal luego de haber hecho una denuncia pública sobre cobros indebidos y no solicitados por los clientes de los bancos. Lo hizo desde una perspectiva personal, pero obviamente es un problema de interés social, pues más de uno lo sufre.
La gerencia de TC alegó que el periodista se había valido del medio para defender un interés personal, lo que estaba prohibido. De otro lado, se encuentra su derecho a la libertad de expresión, que le ampara a valerse de su condición de comunicador, para hacer denuncias sobre temas de interés público donde evidentemente ingresan los débitos no autorizados por los clientes de los bancos por servicios como seguros, donaciones, etc.
No vamos a analizar si la medida de la televisora fue o no correcta o si el periodista usó el medio de comunicación para hacer eco de un asunto personal. En lo que quisiera ahondar es en el impacto positivo que tuvo ese hecho en la sociedad. Nos habíamos olvidado de que en el país puede haber disentimiento y polémica. Nos habíamos olvidado de esos saludables contrapuntos que permiten que la institucionalidad trabaje. Miremos el caso ‘Caterva’. Se dio una denuncia. Diversos sectores opinaron a favor y en contra del periodista. Se visibilizó un problema que, parece, afecta a muchos.
Se activó la Asamblea Nacional, compareció el Superintendente de Bancos, el presidente Moreno ordenó que se tomen medidas para evitar estos cobros. Es decir, el país pudo responder. Y eso es valioso. El poder no se empecinó en destruir, en insultar y anular. El poder se puso a trabajar. Falta, obviamente, que se defina la situación de Mauricio Ayora, cuyo reintegro al canal cerrará este círculo que nos ha recordado lo valioso de la pugna en democracia ¡Qué bien por el país!