‘Posverdad’ y correísmo

La ‘posverdad’, ese artilugio mediante el cual los hechos objetivos tienen menos influencia que las emociones y las creencias personales, campea por sus respetos entre algunos grupos dentro del partido gobernante. Es probable que aún en ellos siga teniendo efecto la política de ‘ablandamiento ideológico’ seguida por su líder histórico, como le llaman, mediante el uso y abuso de los medios públicos de comunicación.

Se niega a lo evidente con estoicismo. Las 640 obras inconclusas no existen, la inclusión de uno de sus líderes en el sonado y transnacional caso Odebrecht, con presunción de asociación ilícita y cohecho, es una maniobra política. El escándalo de Petroecuador y el rosario de juicios que se realizan también los incluyen en esta categoría. Todo se debe a una insidiosa ofensiva política de la derecha.

Que algo aparente ser verdad es más importante que la propia verdad, es principio básico de la ‘posverdad’, elemento central de su manera de entender la realidad. Sin embargo, ya no manejan a su antojo la opinión pública ni determinan la narrativa de los medios de comunicación. Ahora tienen que enfrentar hechos contundentes que van salpicándolos a la mayoría de ellos.

Según estos correístas duros el robo de cientos de millones de dólares fue obra de los enemigos de la revolución ciudadana en la que participan varios traidores a tan ‘noble’ proceso transformador. Quizás sienten que se trata de una pérfida conspiración que tiene como propósito desmantelar su condición de vanguardia política y social que ‘ganara’ la batalla a la larga noche neoliberal.


La evidencia es la más decisiva demostración”.
Cicerón.Político y filósofo romano(106-43 AC)Aquí está el hombre y aquí está la evidencia en su contra. Hagan lo que quieran”. Dashiell Hammett. Escritor estadounidense (1894-1961)