Por una necesaria disciplina política

Esperanzadora para cientos de familias ecuatorianas es la noticia de que el Ministerio de Salud alista la contratación de 98 centros privados para recuperación de personas con adicción a las drogas o al alcohol. Finalmente, desde el lado gubernamental, se comienza a mirar de frente un problema ante el cual muchos tomaron la actitud de los avestruces. Dijo la Ministra que se trata de una primera medida.

Para enterarse de lo trágico de estas adicciones solo hay que dar una vuelta por ciertas esquinas, calles, parques y tugurios urbanos, por las zonas turísticas y hasta en ambientes que antaño considerábamos incontaminados y paradisíacos de nuestra geografía. Adicciones de las que, desgraciadamente, florecían negocios de todo tipo, desde el microtráfico de drogas hasta supuestos centros de rehabilitación.

Esta contratación vendría a complementar la red estatal dedicada a enfrentar el problema que cuanta con 10 centros de recuperación públicos, con 500 camas para internamientos. Este grave problema de salud no se enfrenta solo desde este ángulo, sino que es imprescindible abordar a profundidad los problemas sociales, en los que se mezclan factores económicos y culturales, que nos afectan.

«De todas las virtudes, la más difícil y rara es la justicia. Por cada justo se encuentran diez generosos”.

Franz Grillparzer
Dramaturgo austriaco (1791-1872)

Los centros clandestinos que se valen de recursos seudocientíficos y echan mano a una religiosidad fundamentalista e insana reciben con esta medida un fuerte primer golpe. La falta de sistematicidad y la politización clientelar de antaño lo que hizo que florecieran. Ahora hay que complementar la medida con una gran disciplina política y un sustento financiero adecuado.

«Cuando los hombres son puros, las leyes son inútiles; cuando son
corruptos, las leyes se rompen”.

Benjamin Disraeli
Estadista inglés (1804-1881)