Luego de su sólido triunfo, Iván Duque se posesionará pasado mañana y empezará a gobernar a sus anchas a una Colombia amenazada por el narcotráfico, en tensión con Venezuela y fracturada por un histórico pacto de paz. Así, se enfrentará a varios desafíos tras ocho años de férrea oposición al impopular Nobel de paz Juan Manuel Santos.
Este joven abogado representa a la mitad del país indignado por las concesiones a la exguerrilla de las FARC tras medio siglo de guerra. Por eso promete realizar “modificaciones estructurales” al acuerdo de paz. Y llevar a la Corte Penal Internacional, por genocida, a Nicolás Maduro.
Por otra parte, Duque se define como un “extremista de centro”, lo que parece un truco calcado de Emmanuel Macron en Francia. Pero si quiere de verdad ser reconocido como centrista, debe ampliar su discurso para incluir en su agenda temas cruciales para la centroizquierda y la izquierda y ofrecer propuestas para asuntos críticos como la explotación de los recursos naturales, que son conflictivos en Colombia. Igualmente, no dar vuelta atrás en los avances en los derechos civiles conquistados, como la aprobación del matrimonio igualitario.
Ahora gobernará la cuarta economía latinoamericana con las banderas de su mentor Álvaro Uribe: mano firme contra la violencia, inversión privada y defensa de los valores tradicionales.
Desde una perspectiva latinoamericana, donde la crisis venezolana es una emergencia geopolítica para toda la región, puede ser positivo que Colombia tenga un presidente como Duque.
Combate mejor y con más ahínco quien más arriesga”. Thomas Mann Escritor alemán (1875-1955)
No podrás nadar hacia nuevos horizontes si no tienes el valor de perder de vista la costa”. William Faulkner Escritor estadounidense (1897-1962)