Las medidas económicas del presidente Moreno

Patricio Valdivieso Espinosa

El presidente Moreno, presentó la “hoja de ruta para la recuperación económica del país”, aclarando que no es paquetazo, que busca proteger a todos y especialmente a los más pobres. Realidad o ficción que intenta, con términos populares o populistas, recuperar la confianza del electorado, para levantar las ruinas del país, después del desastroso desfalco de la década saqueada; oferta que la presenta de manera paralela, precisamente en momentos en los que ha formulado una consulta popular, un tanto híbrida.

Habló de impulsar: la creación de empleo, claro está que debería ser en el sector privado, porque en lo público ya no hay cama pa’ tanta gente; el repunte de la producción y la atracción de inversiones, elementos que solo podrán recuperarse cuando haya seguridad jurídica, y no se cambien las normas tributarias cada semestre como en el pasado reciente; la eliminación de la ley de plusvalía extraordinaria, amparándose en el pueblo, que seguramente eliminará el camino confiscatorio que dejó el gobierno anterior.

Entre lo polémico del plan económico está el Impuesto a la Renta: Los incentivos son: elimina el anticipo del IR a las empresas que vendan menos de 300 mil dólares al año; las microempresas dejarán de pagar el IR por sus primeros 11 mil dólares de utilidad; a las nuevas microempresas, no se les cobrará el IR los dos primeros años; y, a quienes logren repatriar sus capitales, se les exonera del IR por cinco años. Los incómodos afectados: se aplicará el IR al décimo tercero, a quienes ganen sueldos de más de 3.000 mensuales; y, sube del 23 al 25% el IR a las empresas, esperando que la viveza criolla, no traspase el impuesto al común usuario.

Se elimina el impuesto a las tierras rurales para dinamizar el sector agrícola; se inyectará créditos, debiendo sumarse capacitación y asesoramiento; habrá nuevos tipos de contratos laborales, sin duda, hay que defender a los trabajadores, pero permitir que quien trabaje más gane más, evitemos que por falta de trabajo, nuestra gente nuevamente se tenga que marchar. Se aplicará una estricta política de austeridad; se incitará las alianzas público – privadas. Ojalá puedan mejorar los créditos, bajando los intereses chinos también. En fin, lo que sí es indiscutible, es que los distractores en la política se han vuelto tan cotidianos, que inyectan dopamina por raudales, teniendo al pueblo somnoliento y sin reacción; los grandes atracos siguen sin sanción. (O)

[email protected]