Rodrigo Contero Peñafiel
Mahatma Gandhi reconocía que no existe ninguna persona completamente libre de violencia, ya que es una característica innata de los seres humanos, que los hace actuar con fuerza y brusquedad incluso en contra de su propia voluntad. Es un comportamiento deliberado que provoca daños físicos y psíquicos a otras personas. La violencia es un estado emocional que ofende, amenaza y deja secuelas físicas y psicológicas.
La violencia puede ser cultural, como cuando se destruye el pasado y la historia de los pueblos para esconder sus raíces; puede expresarse en obras de arte a través del terror o la depravación; puede ser mutilada como la política o la religión; también se practica en los niveles de comunicación secuestrados o “neutrales” al servicio del poder; lo hacen los trolls que realizan toda clase de injurias, ofensas y distorsión de los hechos o noticias para exacerbar el ánimo de la gente, crear conflictos, desmanes y rencillas personales difamando a la gente y grupos sociales, para esconder la corrupción o cubrir la retirada de peligrosos forajidos.
La violencia directa se realiza con agresiones físicas y/o verbales contra las personas, el medio ambiente o bienes de la sociedad. Robos, secuestros, violaciones, asesinatos, intimidaciones, persecución física y/o psicológica para imponer caprichos, beneficios personales y grupales. Los últimos acontecimientos suscitados en el país descubren una pérdida de valores de la sociedad y la desorganización de la justicia que merece atención urgente del Gobierno.
En los últimos años la sociedad ecuatoriana se ha visto afectada por la violencia de género, es decir la prepotencia y agresión a las personas en base a su sexo o su género, motivada por la agresión de hombres contra mujeres en una franca violación de los Derechos Humanos. Nada está perdido si se tiene el coraje de reconocer que estamos a tiempo de empezar de nuevo. Dejemos de interrogarnos sobre el sentido de la vida, ella nos reclama; nuestra existencia exige recuperar principios y valores. ¿Qué estamos haciendo por el país y hasta cuándo permitiremos el avance de la violencia? Es hora de que la justicia empiece a hacer lo correcto.