‘Fake news’

César Ulloa Tapia

En el ojo del huracán se encuentran las noticias falsas. Casi nadie se da un mínimo de tiempo para contrastar la información, buscar cifras, comparar datos y verificar las fuentes. Ni quiera las grandes potencias, en donde surgió la era de la información y el conocimiento, pueden controlar la perversidad y desatino de quienes fabrican relatos que dañan la integridad de las personas, las instituciones y los gobiernos. Por WhatsApp y las redes sociales viajan incuantificables opiniones que provocan polarización y caos o instalan y siembran dudas.

Una noticia falsa puede viralizarse en cuestión de segundos y generar incertidumbre. Esto provoca miedo, cuando las personas reciben información acerca del fin del mundo, de nuevas plagas, virus y bacterias, del quiebre del sistema financiero, de procesos de banca rota, de intentos de desestabilización al poder, de rumores sobre la vida privada de personajes públicos, del falso alcance de una medida económica, política o social.

Las campañas electorales la lucha permanente por el poder es el mejore escenario y caldo de cultivo para las noticias falsas, verdades a medias, versiones descontextualizadas de los hechos y realidades fracturadas a conveniencia de quienes pretenden ganar posiciones de manera deshonesta. Este contexto es irresistible de análisis, porque las guerras del futuro se verán marcadas por la disputa de grandes bancos de datos, manejo de información, control de sistemas de inteligencia y el dominio absoluto de las telecomunicaciones.

La construcción y el fortalecimiento de una nueva ciudadanía está atravesada por la comprensión y la lectura de la sociedad red, de la información y el conocimiento para no caer en la trampa de quienes ponen a la mesa sus intereses a costa de todo y de todos.

[email protected]

César Ulloa Tapia

En el ojo del huracán se encuentran las noticias falsas. Casi nadie se da un mínimo de tiempo para contrastar la información, buscar cifras, comparar datos y verificar las fuentes. Ni quiera las grandes potencias, en donde surgió la era de la información y el conocimiento, pueden controlar la perversidad y desatino de quienes fabrican relatos que dañan la integridad de las personas, las instituciones y los gobiernos. Por WhatsApp y las redes sociales viajan incuantificables opiniones que provocan polarización y caos o instalan y siembran dudas.

Una noticia falsa puede viralizarse en cuestión de segundos y generar incertidumbre. Esto provoca miedo, cuando las personas reciben información acerca del fin del mundo, de nuevas plagas, virus y bacterias, del quiebre del sistema financiero, de procesos de banca rota, de intentos de desestabilización al poder, de rumores sobre la vida privada de personajes públicos, del falso alcance de una medida económica, política o social.

Las campañas electorales la lucha permanente por el poder es el mejore escenario y caldo de cultivo para las noticias falsas, verdades a medias, versiones descontextualizadas de los hechos y realidades fracturadas a conveniencia de quienes pretenden ganar posiciones de manera deshonesta. Este contexto es irresistible de análisis, porque las guerras del futuro se verán marcadas por la disputa de grandes bancos de datos, manejo de información, control de sistemas de inteligencia y el dominio absoluto de las telecomunicaciones.

La construcción y el fortalecimiento de una nueva ciudadanía está atravesada por la comprensión y la lectura de la sociedad red, de la información y el conocimiento para no caer en la trampa de quienes ponen a la mesa sus intereses a costa de todo y de todos.

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En el ojo del huracán se encuentran las noticias falsas. Casi nadie se da un mínimo de tiempo para contrastar la información, buscar cifras, comparar datos y verificar las fuentes. Ni quiera las grandes potencias, en donde surgió la era de la información y el conocimiento, pueden controlar la perversidad y desatino de quienes fabrican relatos que dañan la integridad de las personas, las instituciones y los gobiernos. Por WhatsApp y las redes sociales viajan incuantificables opiniones que provocan polarización y caos o instalan y siembran dudas.

Una noticia falsa puede viralizarse en cuestión de segundos y generar incertidumbre. Esto provoca miedo, cuando las personas reciben información acerca del fin del mundo, de nuevas plagas, virus y bacterias, del quiebre del sistema financiero, de procesos de banca rota, de intentos de desestabilización al poder, de rumores sobre la vida privada de personajes públicos, del falso alcance de una medida económica, política o social.

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La construcción y el fortalecimiento de una nueva ciudadanía está atravesada por la comprensión y la lectura de la sociedad red, de la información y el conocimiento para no caer en la trampa de quienes ponen a la mesa sus intereses a costa de todo y de todos.

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