Escraches y violencia

Han trascendido en los medios varios encuentros en los que, ante una cámara y millones de testigos en las redes sociales, se increpa a Rafael Correa, a correístas y a excorreístas por los hechos de la última década. Conocida como “escrache”, este tipo de denuncia contra una figura pública a la que se le imputan delitos o actos de corrupción, suele darse en sitios públicos o, en la era del ‘milenial’, ante el lente amenazante de una cámara o celular.

Pocas veces, sin embargo, el breve video o posteo nos brinda el contexto del conflicto, sus causas y consecuencias. Como Estado y sociedad, Ecuador se encuentra en una delicada transición, en la que los resentimientos y perjuicios causados por una década plagada de abusos y corrupción se enfrentan a la frustrante posibilidad de la impunidad.

Si bien algunos casos han salido a la luz con denuncias e investigaciones de los medios y autoridades, nos tomará años reparar los innumerables perjuicios y daños causados. Este es el momento de decidir si seguimos rascando la costra del pasado, o nos enfocamos en reconstruir la Justicia y permitir que haga su trabajo.

Si bien la libertad de expresión nos ampara a todos y no se pretende coartarla en ninguna de sus formas, todo acto hostil tiene consecuencias. Estas suelen ser impredecibles y, como se ha visto, devienen en actos de violencia, aquella misma violencia que tanto daño causó al país.

En democracia solo se puede temer a la Ley, no al linchamiento público. Aunque la tentación esté y las ganas no falten, debe imponerse la inteligencia y el civismo. Hay que tener la lucidez y el coraje de reconocer que no es así como queremos reconstruir un país marcado por la agresión y el odio.


Las leyes demasiado benignas rara vez son obedecidas; las demasiado severas, rara vez ejecutadas”. Benjamin Franklin Estadista y científico estado unidense (1706-1790)

Las leyes inútiles debilitan a las necesarias”. Montesquieu Escritor y político francés (1689-1755).