Ensordecedor secreto a voces

“El tiempo sabrá reconocer lo bien que hemos manejado la economía”, dijo el expresidente Correa en uno de sus informes semanales, conocidos como “sabatinas”. Tan bien hizo las cosas que nos dejó un desmesurado aparataje estatal de herencia y un gasto público que nos ubica en el club de naciones del continente que emplean en ello alrededor del 35% del Producto Interno Bruto (PIB).

Correa sometió al país a un agresivo e irresponsable endeudamiento externo, a través del mercado de capitales y acuerdos binacionales, algunos muy onerosos. Un informe de la CEPAL, un año antes de que dejara el poder, es decir, 2016, revelaba que el crecimiento sería de 0,3% del PIB y la inflación del 1,5%. Después todo se vino “en picada”: crecimiento negativo y deflación.

Dar un golpe de timón para enderezar lo “hecho bien” no dejará de ser traumático y costoso en lo social, por más esfuerzo que se hagan por “edulcorar y dorar la píldora”. El problema de la postergada eliminación de los subsidios, y no solo a los combustibles, tarde o temprano habrá de darse. Una vislumbre se registró esta semana con su suspensión en el caso de las concinas de inducción.

La disminución del gasto es impostergable. Sin embargo, la eliminación de carteras ministeriales o fusión de algunas es añadir maquillaje a la monstruosidad heredada. No basta con emitir bonos, buscar fuentes externas (e internas) de financiamiento y renegociar deudas. Es esta insuficiencia un secreto a voces que ensordece a las autoridades económicas y que muchos de nuestros conciudadanos se resisten a oír y menos a entender.


Lo que hizo posible la libertad fue la gradual evolución de la disciplina de la civilización”. Friedrich Hayek Filósofo y economista austríaco (1899-1992)

Debemos reclamar, en nombre de la tolerancia, el derecho a no tolerar a los intolerantes”. Karl Popper Filósofo y sociólogo británico (1902-1994)