Emergencia por la niñez

El país tocó fondo en 2017. 134 femicidios, cerca de 1.000 denuncias por violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, más de 1.400 muertes en las vías, 4.402 desaparecidos… ¿No es momento de exigir ya una emergencia nacional?

En el país de la década revolucionaria hubo declaratoria de emergencia hasta para cambiar el aire acondicionado de una entidad pública o para capacitar en conducción evasiva a los policías. ¿Un país en que mafias están acabando con la vida de niños y adolescentes no es razón suficiente para una verdadera revolución que ponga fin a la impunidad, a los pactos de silencio, al encubrimiento de criminales?

Necesitamos un marco especial que agilite procesos investigativos y judiciales y, principalmente, fortalezca una cultura de prevención. Si para perseguir a los Yasunidos o para filtrar cámaras en la habitación del exasambleísta Cléver Jiménez hubo tecnología, ¿cómo no puede haber para, por ejemplo, rastrear las IP de demandantes y productores de pornografía para la cual se explota a menores de edad? Si para hackear los correos de Martha Roldós hubo expertos y comedidos, ¿cómo no puede haber para triangular las llamadas móviles de procesados por pedofilia y definir el alcance de la red de la cual todo el país tiene presunciones?

Las entidades que persiguen el delito tienen esta monumental deuda con una sociedad que, con cada asesinato de niñas, se acerca a la cornisa del terror. Ojalá la resiliencia de los deudos de estas víctimas ilumine al Estado para que se garantice el derecho de las personas a una vida libre de todo tipo de violencia.


Democracia: es una superstición muy difundida, un abuso de la estadística”. Jorge Luis Borges Escritor argentino (1899-1986)

No tema equivocarse. Pero no cometa el mismo error dos veces”. Akio Morita Escritor japonés (1921- 1999)