El mensaje es claro

A veces lo que parece bueno (que los precios de los bienes y servicios estén bajos) no quiere decir que, en su esencia, lo sea. El Instituto Nacional de Estadística y Censos desde hace meses advierte sobre el problema: el Índice de Precios al Consumidor (IPC) ha estado en negativo en siete meses. Si no se consume, se contrae la producción y el comercio se restringe. Si no hay dinero para comprar, es porque el empleo escasea.

Bajaron los alimentos y bebidas no alcohólicas (-0,57 %); muebles, artículos para el hogar y para la conservación ordinaria (-0,34 %); transporte (-0,31 %). Además, los restaurantes y hoteles, las prendas de vestir y calzado y también la recreación y la cultura.

Con mucha discreción ascendieron los segmentos de comunicación con 0,01 %; la educación, 0,03 %; las bebidas alcohólicas y tabaco, 0,04 %; los bienes y servicios diversos, con el 0,14 por ciento; el alojamiento, el agua, la electricidad y el gas (0,25 %); y la salud, con en un 0,29 %.

Ni siguiera el Día de las Madres logró evitar que la inflación mensual en mayo fuera de -0,18 %. En síntesis: tenemos nueve meses seguidos con valores negativos. El mensaje es claro: vamos con prisa a vivir un peligroso proceso deflacionario. El que tenga oídos que oiga y aquellos que gocen de entendimiento, que entiendan.

No es este el momento de dedicarnos a discutir cuántos ángeles hay en la cabeza de un alfiler. ¿Qué hacer? Pues echar mano a una fórmula antideflacionaria, que nos saque de la recesión, aunque sea paulatinamente, que sufre nuestra economía.


¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?”. Confucio Filósofo chino (551 AC-478 AC)

El gobierno no se ha hecho para la comodidad y el placer de los que gobiernan”. Conde de Mirabeau Político, escritor y orador francés (1749-1791)