El éxito o el fracaso

Se suele decir, en particular en política, que lo importante no es el destino sino el viaje, las virtudes del trayecto por encima de los placeres de la meta. El aquí y ahora y no lo que vendrá después. En el caso ecuatoriano, a la opinión pública le interesa más el viaje que la meta, el desenvolvimiento del Gobierno del presidente Lenín Moreno y muy remotamente hacia dónde vamos.

Antes se hablaba de socialismo siempre utópico, cuya imposibilidad no hace más que acentuar las sombras. De ese ‘empeño’ los resultados fueron la corrupción y el desprestigio de los políticos y del sistema de partidos, el desgaste de las instituciones públicas y la desmoralización de la ciudadanía. Se corre el riesgo de sufrir los problemas propios de una democracia sin ideal.

Mucho esfuerzo y paciencia constará a la sociedad superar ese trauma. Una solución que, por lo pronto, se aleja a medida que uno avanza en el camino. Una reconstrucción democrática y republicana que solo puede llevarse a cabo mirando hacia un ideal compartido y transformador. La construcción de ese ideal, dado el daño que se nos ha infringido, puede llegar a consumir el trabajo y el empeño de varias generaciones.

Ese esencial desafío, nuestra realidad es estructuralmente imperfecta, solo puede asumirse con madurez y cultura política. Ahora nos abruman el problema de la frontera, el económico y la deuda social heredada del correísmo por su desgobierno. Nuestra histórica capacidad de resistencia nos puede ayudar a paliar estos problemas, pero ¿y lo esencial? El éxito o el fracaso del presidente Moreno y de todos está en saber abordar lo esencial.


El fracaso es la clave del éxito. Cada error nos enseña algo”. Morihei Ueshiba Artista marcial japonés (1883-1969)

Revolucionario será aquel que pueda revolucionarse a sí mismo”. Ludwig Wittgenstein Filósofo austríaco (1889-1951)