Por: Diario la Hora
El 28 de enero de 1912 se produjo uno de los hechos más vergonzosos de la historia ecuatoriana y continental: el general Eloy Alfaro Delgado, líder de nuestro liberalismo, era cruelmente asesinado, arrastrado por las calles y quemado por una turba fanática. Este día también fueron ultimados su hermano Medardo, su sobrino Flavio, el periodista Luciano Coral y los militares Manuel Serrano Renda y Ulpiano Páez.
La mayoría de historiadores involucran en el crimen al clero por entonces muy conservador, el general Leonidas Plaza Gutiérrez y Carlos Freile Zaldumbide, encargado del poder por la muerte del presidente Emilio Estrada en diciembre de 1911. El regreso de Alfaro al país y su labor de estabilización fueron un obstáculo para sus intereses. Nunca se juzgó a los reales autores de estos crímenes.
Este nefasto acontecimiento marcó un antes y un después de la vida republicana y lastró nuestro devenir democrático. La ambición y deslealtad de quienes dijeron compartir su ideología, así como fuerzas conservadoras y grupos económicos contrarios a los esfuerzos transformadores y de pacificación de Alfaro, se combinaron y crearon las condiciones propicias para que se produjera el sangriento hecho.
Sin embargo, su pensamiento sigue vivo en quienes quieren un Ecuador diferente donde la justicia, la equidad y la búsqueda del bien común sean una realidad. La gesta y los principios liberales de Alfaro siempre serán motivo de inspiración para las actuales generaciones y las que seguirán. Su ejemplo imperecedero no deja de iluminar a su Patria y a Nuestra América.
FRASES
«Imponer condiciones excesivamente duras es dispensar de su cumplimiento”.
Napoleón Bonaparte
Emperador francés (1769-1821)
«Estoy a favor de la justicia, a favor o en contra de quien sea”.
Malcolm X
Político estadounidense (1925-1965)