Eduardo Naranjo Cruz
La gran planicie interandina del Cotopaxi, que se extiende hacia el sur, surcada por torrentosos ríos, fue desde siempre cuna de grupos humanos que llegaron desde distintos horizontes y se convirtieron en los señores de esas tierras, posteriormente a la llegada de los europeos se convirtió en poderosos latifundios donde se asentaron marqueses y otras gentes y así continuó su evolución hasta la República, cuando se la nombró como provincia.
Su gente, mixtura de diferentes fuentes, líderes en diferentes áreas que van de lo político a lo científico, también manifiestan cualidades como agricultores y artesanos y hoy empresarios, pero también surgen artistas inspirados en sus paisajes, su gente, su arquitectura, ha sido tierra de gente culta, sensible, que hoy defiende su heredad, como el patrimonio salvado del casco colonial de Latacunga.
Por sus recientes exposiciones en el país y Europa cabe mencionar a un destacado artista plástico, Nelson Román Campaña, quien además apostó por su ciudad y creo un museo donde se puede apreciar su obra, que son la síntesis de un surrealismo mágico, como el percibe el mundo y lo interpreta.
Román Campaña destaca, entre otros artistas latacungueños por su insistencia de expresar con la fuerza del color y del dibujo un mundo al que muchos no alcanzan a captar y crea un mensaje de angustia, como de calma que se puede apreciar en una visita a su casa museo, vale recomendar su visita.
La Asociación de Cotopaxenses residentes en Quito, busca promover los valores de la gente de la cuna, a la vez que está presente, en tanto puede, para aportar para los paisanos que por diversas razones lo requieren, manteniendo así el espíritu solidario que inspiró a los fundadores y desarrolladores de esos lares. Cotopaxi es historia, belleza y sabor.