Cocolón verde

Juan Sebastián Vargas

A Rafael Correa se le quemó el arroz, se lo ve irritado, nervioso y desesperado, pues se encuentra arrinconado y el lodo le está llegando al cuello de a poco, sus argumentos carecen de franqueza y naturalidad, no puede ni siquiera escribir coherentemente sus tuits y comete errores hasta de fechas, su temperamento le juega malas pasadas como siempre, como ha sido su característica su mejor defensa es el ataque y la calumnia, ha demostrado no tener escrúpulos y por ello es capaz de cualquier infamia o de pisotear a quien se le atraviese.

El poder lo enfermó, el último caso como el anterior o como el que le antecedió y así sucesivamente solo nos demuestran una vez más la calamitosa corrupción que se vivió durante su régimen.

El caso del ‘Arroz verde’ detalla supuestas contribuciones por 11,6 millones a Alianza PAIS (AP) entre 2011 y 2014 para aportar a la campaña presidencial de ese entonces, en este informe constan facturas, correos electrónicos, archivos de Excel y documentos contables sobre el manejo de estas contribuciones justamente recaudados por Jorge Glas, María de los Ángeles Duarte y Walter Solís.

El mecanismo que utilizaban es el cruce de facturas o en su defecto aportes en efectivo en donde las multinacionales cuestionadas cancelaban a proveedores de AP durante la campaña electoral de Correa y Glas en 2013, y es que por esta misma razón expresidentes de otros países han sido encarcelados como Ollanta Humala en Perú en donde se reconocieron sobornos y donaciones ilegales a su campaña, un caso idéntico es el de hoy con Correa, si las cosas se hacen por la vía correcta lo lógico sería que este proceso termine por encausar al mismo Rafael y en consecuencia una sentencia que la mayoría de ecuatorianos esperamos se ejecute en algún momento, cada vez las intenciones de Correa de regresar a la vida política de manera activa se van desvaneciendo.

Si bien no existen los “muertos políticos” y pese a tener aún un cierto respaldo en el país su futuro al parecer será lejos huyendo de la justicia como un prófugo más y sobre todo recordado como un personaje nefasto en nuestra historia, como el hombre que tejió la red de corrupción más grande en la historia republicana del Ecuador.