Cartas al Director…

El mejor maestro es el ejemplo

Siempre se ha dicho que el mejor maestro es el ejemplo porque los niños no aprenden de lo que escuchan en los sermones, sino de lo que ven hacer a los adultos. Esta es una realidad que la podemos verificar, primero en el hogar y luego en la escuela. En efecto, el aprendizaje a partir de modelos ha sido históricamente una estrategia pedagógica infalible para lograr los resultados esperados, sobre todo en el desarrollo de destrezas psicomotoras. Desde estas premisas pedagógicas, el gran desafío para los adultos está en que el ejemplo presentado a los niños, adolescentes y jóvenes tiene que ser siempre bueno, lógico, coherente, ético, cívico, ajustado a las normas de la convivencia social y del buen vivir ciudadano. Se educa muy bien a las nuevas generaciones a partir del buen ejemplo, cuando somos capaces de evidenciar en nuestra propia vida los valores y virtudes que pretendemos inculcarles. Pero también podemos maleducar a las nuevas generaciones con nuestro mal ejemplo, demostrando todo lo contrario de los valores y virtudes que pretendemos inculcarles. No hay peor maestro que el mal ejemplo, cuando somos incoherentes en nuestra vida, pretendiendo que las nuevas generaciones sean lo que nosotros no somos ni queremos ser.

¿Qué buen ejemplo podemos dar a los jóvenes, los adultos que no llegamos a tiempo al trabajo? ¿Qué buen ejemplo podemos dar a los jóvenes, los adultos que llegamos muy puntuales al trabajo, pero no para trabajar, sino para despilfarrar el tiempo que debemos dedicar al cumplimiento de nuestras responsabilidades? ¿Qué buen ejemplo podemos dar a los jóvenes, los adultos que hacemos las cosas con mediocridad, sin importarnos la calidad de los resultados de nuestro trabajo?…

En las instituciones públicas y privadas algunos funcionarios estamos haciendo un daño irreparable a la juventud con nuestro mal ejemplo; le haríamos un gran bien al país retirándonos y dejando que los jóvenes empuñen con sus manos limpias la bandera de la honestidad. (O)

Dr. Camilo Alfonso Espinosa Pereira

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