Basura

Pablo Izquierdo

A Mauricio Rodas no le quedó otra opción que declinar su candidatura a la elección a la alcaldía de Quito. Esperábamos más. Lo veíamos como un líder, un visionario que proyectaría el Quito moderno y del futuro. Ese ímpetu, carisma y discurso se aprovecharon del cansancio de los quiteños y la ingenuidad de su contendor, quien creyó que los votos se endosan.

Rodas perdió una oportunidad brillante para graduarse de político. Fue más la expectativa que la realidad. Sume los escándalos de corrupción. Se quedó suspenso y repitió el año en temas como la sanidad, la contaminación y la basura.

Los quiteños no caminábamos sobre basura y en medio de olores nauseabundos. Ahora no hay parque, poste, esquina, vereda, avenida, calle, ni portal de casa o edificio público o privado, que no esté desbordado por la basura. Con los infaltables perritos que escarban, rompen y diseminan el basural .

Nunca hubo un plan de gestión de recolección de desechos. Más bien sí lo hubo: repartieron contenedores por los cuatro costados de la ciudad, medicina que resultó peor que la enfermedad. Convertidos en escombreras, desaparecieron.

La basura se recoge en volquetas destartaladas y estas pasan repletas a cielo abierto, cualquier día y a cualquier hora. Se nota el esfuerzo en avenidas como República del Salvador en el norte suntuoso y la poca voluntad en avenidas como El Inca en el norte popular. Del sur de Quito ni hablar: un basurero.

Es común que luego de que la basura permanece horas en la esquina, el obrero -mal pagado y sin ninguna protección- que recoge la basura, use una madera como pala y un cartón como basurero para tratar de juntar la basura desparramada. Así, hasta el lunes.

La mora en materia de tratamiento de la basura en nuestra capital se refleja en el retraso que hay en nuestro país en materia de reciclado. No existe una ley nacional que impulse la práctica de separar en origen, y mucho menos en tres partes: basura no reciclable (residuos sanitarios, pañales y pilas), reciclables (papel, cartón, vidrios, latas y envases plásticos), y orgánicos (restos de comida, hojas, ramas). Alcalde, gracias por no reciclar su candidatura.

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