Un día para la ‘reina del hogar’ desde el hospital

Espera. La mamá de Maximiliano cuenta los días para poder abrazar a su hijo
Espera. La mamá de Maximiliano cuenta los días para poder abrazar a su hijo

Para estas mujeres cada segundo de vida de sus hijos representa una batalla ganada.

Con un tono de voz dulce y sereno, Irene Logaña intenta acercarse al oído de su primer hijo, Maximiliano Herrera, quién tiene menos de una semana de nacido.

Para verlo, ella debe usar una bata, un gorro, desinfectar sus manos y pasar por una sala con más bebés que, como el suyo, aún no pueden ir a casa

El abrazo de mamá

Como todos los días, Logaña y su esposo, Ángel Herrera, van al hospital San Francisco (Carcelén) para ver la evolución de Maximiliano, quien nació de 32 semanas. Cuenta que sufrió preeclampsia, una complicación del embarazo caracterizada por la presión arterial alta, que hizo que el parto se adelante.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año nacen en el mundo 15 millones de bebés prematuros, lo que representa uno de cada 10 nacimientos.

Una vez que fue dada de alta, le informaron que su pequeño debía quedarse en el área de neonatología. “Es una lucha que yo quiero ganar junto a él”, menciona la mujer de 33 años, quien todavía no ha podido cargar a su hijo.

Con mucho cuidado, Logaña se acerca al vidrio de la termocuna en la que Maximiliano duerme. “Despierte para que le tomen una fotito”, le dice la madre al sietemesino.

Después, durante varios minutos, los padres se dedican a observar a su primogénito. Verlo les trasmite calma y la esperanza de que pronto podrán estar más cerca de él. “Desde que di a luz no he tenido la experiencia de abrazarlo y eso a ti como mamita te crea una ansiedad”, manifiesta.

Apoyo. Con distintas actividades el personal del hospital San Francisco presta ayuda a las madres.
Apoyo. Con distintas actividades el personal del hospital San Francisco presta ayuda a las madres.

Un día distinto

Al igual que Logaña, Marcela Castillo, de 29 años, pasará su primer Día de la Madre en el hospital.

“No es lo que imaginaba, pero mi hija está viva y eso es tenerlo todo”, afirma mientras relata que debido a la preeclampsia su vida y la de su hija Noa estuvieron en riesgo.

Cada día representa una victoria para la madre primeriza a la que le dijeron que su bebé tenía pocas probabilidades de vida y que ahora tiene tres semanas de nacida.

“Todo el tiempo ha sido muy angustiante esperando no escuchar esa llamada telefónica que nos avise que nuestra bebé estaba mal o que podía morir”, relata la mamá de Noa e indica que la niña nació de ocho meses, por lo que sus pulmones deben desarrollarse dentro de una incubadora.

Castillo dice que cuando supo que estaba embarazada la gente le decía que se prepare para las malas noches. “Prefiero no poder dormir, que no tener a mi hija conmigo”, agrega.

EL DATO

Muchos niños han nacido con problemas de salud. A pesar de esto, sus madres nunca descansan con tal de verlos definitivamente bien.

FESTEJO. Con serenatas y flores las madres celebraron su día en el hospital.
FESTEJO. Con serenatas y flores las madres celebraron su día en el hospital.

Un homenaje a las madres


° Por un momento, las madres de los bebés que están en el área de neonatología, pusieron una pausa a su agitada rutina y celebraron su día.

Los organizadores fueron el equipo de trabajo social y médicos del Hospital San Francisco del IESS que reconocieron la ardua labor de las madres y el aporte que el cariño y cuidado brindan a la recuperación de los recién nacidos.

Carmen Villacrés, trabajadora social, señala que el objetivo es dejar de enfocarse únicamente en sanar lo físico, para dar un tratamiento integral a los usuarios del hospital que pasan muchas horas pendientes de sus familiares.

Villacrés manifiesta que muchas mamás sufren depresión o ansiedad, ya que les resulta difícil que sus bebés se queden en el hospital. “Nosotras estamos para eso, para apoyarlas, darles seguimiento y que su estancia sea más tranquila”.

Es por eso que con una serenata y flores, el personal del hospital reconoció como ‘madres símbolo’ a las mujeres que día a día están pendientes de la recuperación de sus hijos.

Para Dedny Pozo, de 24 años, este tipo de programas le permiten dispersar su mente para volver con más energía a cuidar a su bebé que está en un área restringida. “Es una experiencia muy difícil. Trato de que todo salga bien.

Siempre le rezo a Dios por la pronta recuperación de mi nena”, señala Pozo.