Más de 224.000 subsisten con menos de un salario

NECESIDAD. Para ayudar a Verónica Sevilla Godoy se puede contactar el número celular 09 83 91 86 60.
NECESIDAD. Para ayudar a Verónica Sevilla Godoy se puede contactar el número celular 09 83 91 86 60.

En la casa de Verónica Sevilla Godoy viven, en el mejor de los casos, con 10 dólares. Por lo general el ingreso por reciclar no supera los siete dólares.

“En ocasiones regresamos a casa con 4,50 o cinco dólares”, revela la mujer; embarazada, con un hijo de ocho años a su cuidado y un esposo que es parte de los que no suman un salario básico mensual o sea 396 dólares.

Desde hace cuatro meses ya no lograron pagar el arriendo y optaron por irse a una casa ‘abandonada’ del barrio ‘Erlinda Klínger’, en la prolongación de la calle Juan Montalvo, ribera del Esmeraldas, donde no hay baño y están obligados a utilizar fundas para las necesidades fisiológicas.

Ese es el mal menor. El dueño de la vivienda ya demanda de su espacio y la incertidumbre de la pareja aumenta. En menos de 12 metros cuadrados acuñan el único colchón, la cocineta amarilla, las dos ollas, el mueble regalado, el televisor y ropa gastada.

Aumento de recicladores

Cuando llega la noche los adultos dejan al niño al cuidado de una tía y salen a reciclar. Alfonso Bravo Moreira, dueño de una recicladora desde hace 9 años, relata cómo aumentó el número de recicladores y compradores en la ciudad de Esmeraldas.

En 2010 en la ciudad de Esmeraldas no eran más de seis los dueños de recicladoras, actualmente son 14 y cada uno atiende al menos a 20 o 30 vendedores por día, entre ellos adultos mayores, jóvenes, madres, drogadictos, niños “hasta gente en ‘carrazos’ que llegan a vender chatarra», revela Bravo.

Él cada sábado le vende entre 12 y 13 toneladas a los recolectores nacional que llegan con sus plataformas a retirar el producto reciclado que dejó de arrojarse en la cuidad. Reconoce que no es un mal negocio por eso genera tres fuentes de trabajo directa, pero lamenta el aumento de chamberos por la falta de empleo.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) determina que el desempleo hasta diciembre de 2018 a nivel nacional era del 3,7% y en el caso de Esmeraldas, 5.1%, lo que traducido a cabezas de familia serían 27.238 hogares con al menos un desempleado.

224.852 personas

También revela que el 42,1% equivalente 224.852 personas viven con menos del salario básico y, detalla que la población va en aumento, que solo en el 2016 se registraron 7.375 nacimientos.

El Comité de la Reconstrucción creado post-terremoto del 16 de abril de 2016, cuantifica la necesidad habitacional de Esmeraldas. Asegura que 2.548 casas fueron afectadas y que 845 quedaron inseguras y demolieron 658.

Verónica Sevilla está dentro de todos esos grupos de esmeraldeños con necesidades básicas insatisfechas y de los que sus ingresos económicos les imposibilitan cubrir la canasta básica familiar valorada en 719, 88 dólares. También es migrante interna, porque dejó su lugar natal (cantón Rioverde, norte de Esmeraldas) luego de separarse sentimentalmente del padre de sus hijos que nacieron antes que ella cumpliera 27 años.

Su falta de dinero le hizo pasar la última Navidad sin cena. Y desde hace varios meses tampoco está en la lista de las madres que cobran los 50 dólares del Bono de Desarrollo Humano que entrega el Gobierno.

Desvinculación

La directora distrital Esmeraldas del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), Martha Estupiñán, explica que la desvinculación de madres y especialmente de adultos mayores, obedece a que, en algunos casos, se detectó que los hijos son funcionarios públicos o los usuarios mejoraron su calidad de vida.

“En Esmeraldas son 32.090 usuarios en seis bonos y pensiones distintos, lo que suma más de 20 millones anual, pero desde octubre de 2018 se está actualizando la situación socioeconómica y demográfica”, explica el porqué de las desvinculaciones, pero aclara que se harán reagendamientos y entrega de bonos a nuevas familias.

Verónica Sevilla Godoy más allá de la estadística y formalidades institucionales relacionadas con el desempleo, desvinculación del Bono de Desarrollo Humano, tiene claro lo que desea de la sociedad y del Gobierno para mejorar en algo su calidad de vida.

Trabajo y casa

“Me gustaría trabajar, pero sobre todo tener una casa para mis hijos. ¡Ayúdenme por favor!”, solicitó la joven madre quien vive con un hombre de aspecto callejero, pero que él asegura ser buena persona que se preocupa por ayudar a su familia, pero «lo del reciclaje no me alcanza».

Él trata de mantener en el anonimato su analfabetismo, pero su pareja que solo terminó la primaria lo revela. En Esmeraldas el analfabetismo llega al 15,28% (81.609 personas) según el INEC, porcentaje calculado con los 534.092 habitantes registrados en el último censo oficial.

Niño sin educación

El niño de 8 años, hijo que vive con la pareja, el año lectivo anterior no terminó sus clases. Pero ayer, el Distrito de Educación luego de conocer el tema por medio de Diario La Hora, se comprometió ayudar en el proceso de inclusión educativa.

«¡Gracias! Ahora nos haría falta para los útiles escolares y el uniforme», dijo emocionada la mujer mientras salía de la casa donde la puerta son dos pedazos de sacos de yute roto intencionalmente para climatizar los cerca de 12 metros cuadrados donde la cama, la cocina, el televisor, las ollas y el mueble donado están en un mismo ambiente a una sola mirada, donde no siempre agua potable ni energía eléctrica por no ser los dueños del inmueble.